En el principio el Único Rey soberano, Único Artífice Magnifico, creo los
cielos y la tierra, creo su reino.
Muchos pero muchísimos años
antes, en el principio, habitaba en aquel reino un ser especial un ser
maravilloso, el más hermoso ser que pudiera haber sido creado. Este ser no era
como Adam y habitaba en un reino de piedras presionas, el rubí, el topacio y el
diamante, el berilo, el ónice y el jaspe, el zafiro, la turquesa y la
esmeralda; y el oro, se paseaba en medio de las piedras de
fuego, este ser era llamado Luz Bella, En Edén, en el huerto del Rey Soberano
estaba, él era el sello de la
perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura, tenía muchos súbditos a su servicio, Luz Bella era diestro
empresario, hacia transacciones con otros seres, Luz Bella era muy poderoso, y
reverenciado, pero su corazón que había sido creado perfecto, un día fue movido
por la voluntad de su deseo, y poco a poco aquel perfecto corazón se fue
transformado en un necio y avaro corazón, cuando Luz Bella se vio así mismo
elogiado y engrandecido a causa de la multitud de sus contrataciones fue
lleno de iniquidad, su corazón se
enalteció, a causa de su hermosura, corrompió su sabiduría a causa de su
esplendor, con la multitud de sus maldades y con la iniquidad de sus
contrataciones profanó su santuario, y decía en su corazón:
Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas del Rey, levantaré mi trono,
y en el monte del testimonio me sentaré, sobre las alturas de las nubes
subiré, y seré semejante al Altísimo, Luz Bella Planeó una rebelión en contra
del Soberano Rey, su creador, en su afán, logro convencer a muchos de sus
súbditos, pervirtió su voluntad en contra de aquel que le amaba, quien la había
dado todo, quien solamente le había solicitado obediencia, El Rey estaba al
tanto de toda esta rebelión, pero este ser tenia voluntad propia, era decisión del Luz Bella, el desistir o
continuar con su malvado plan, el Rey esperaba que aquella criatura que había
elaborado, desistiera, sin embargo Luz Bella estaba decidido, su voluntad fue
declararle la guerra a su Rey. El Rey no podía intervenir en la decisión pues
el Rey a todos por igual les da la libre decisión, de amarle o rechazarle; Luz
Bella ya había tomado una decisión y elegido su destino, tomo sus legiones y
subió a la guerra, ya no era Luz Bella, si no que, como un gran dragón
escarlata, subió al cielo, y su cola que arrastraba la tercera parte de las
estrellas del cielo, , esas estrellas fueron
sus aliados, se libraba una gran batalla en el cielo: Los
emisarios del Rey, seres maravillosos fueron enviados a la gran batalla, el
príncipe Miguel y sus tropas, luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y
sus tropas aliadas; pero no prevalecieron el dragón y sus tropas, ni se halló
ya lugar para ellos en el cielo del Gran Rey, el Príncipe Miguel y sus tropas prevalecieron
en aquella cruenta batalla, se escucho un clamor y dijo, tú derribado
eres hasta el Seol, a los lados del abismo, Descendió al Seol tu soberbia, y el
sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán, !!Cómo
caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú
que debilitabas a las naciones, Perfecto eras en todos tus
caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad, A
causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y
pecaste; por lo que yo te eché del monte del Soberano Rey, y te arrojé de entre
las piedras del fuego, oh querubín protector, Se enalteció tu corazón a
causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te
arrojaré por tierra, Y Luz Bella fue lanzado fuera, el gran
dragón, la serpiente antigua, que ahora se llama diablo y Satanás, Lucifer, el cual
engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus tropas fueron arrojados
con él. Y se les dijo: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que ha
sido preparado para el diablo y sus seguidores
Luz Bella que ahora se llama
Diablo y Satanás y Lucifer, había sido derrocado al abismo privado de aquel
maravilloso reino en donde había sido colocado por el Rey Soberado, el Príncipe
Miguel y sus tropas lo habían arrojado a tierra, pero cuando Lucifer fue arrojado a tierra produjo un cataclismo universal, y
causo que el planeta de nombre, tierra,
quedara desordenada y vacía y Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las
tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu del Soberano Rey se movía sobre la faz de las aguas, Y dijo:
Sea la luz; y fue la luz. Y vio que la luz era buena; y separó Dios la luz de
las tinieblas. Y llamó a la luz Día, y a
las tinieblas llamó Noche. Luego dijo: Haya expansión en medio de las aguas, y
separe las aguas de las aguas. E hizo la expansión, y separó las aguas que
estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y
fue así. Y llamó a la expansión Cielos y
Dijo también el soberano Rey: Júntense las aguas que están debajo de los cielos
en un lugar, y descúbrase lo seco. Y así sucedió, las aguas se juntaron en un
lugar y apareció lo seco sin agua y llamó a lo seco Tierra, y a la reunión de las
aguas llamó Mares, y vio que era bueno, Después dijo: Produzca la tierra hierba
verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que
su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así, brotó la hierba de la tierra
y los árboles, de la nada brotaron, solo
por el mandato y la palabra del Soberano Rey, Produjo, pues,
la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que
da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio que era bueno, Dijo
luego: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la
noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y
sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra.
Y fue así. E hizo las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que
señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo
también las estrellas. Y las puso en la expansión de los cielos para alumbrar
sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz
de las tinieblas. Y vio que era bueno. Dijo:
Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la
abierta expansión de los cielos. Y creó los grandes monstruos marinos, y todo ser
viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada
según su especie. Y vio que era bueno, todo brotó de la nada, solo por el
mandato y la palabra del Soberano Rey Y el Soberano Rey los
bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares,
y multiplíquense las aves en la tierra. Luego dijo: Produzca la tierra seres
vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según
su especie. Y fue así. E hizo animales de la tierra según su género, y ganado
según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su
especie. Y vio que era bueno. Entonces
dijo El soberano Rey: Hagamos a Adam a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las
bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y
creó El Rey a Adam a su imagen, a imagen del Soberano lo creó.
El amanecer de un nuevo día, una
nueva era nacía, todo era nuevo, Luz radiante llenaba el mundo entero, el
primer suspiro, con una bocanada de aire puro y sin macula, llenaron los
pulmones de Adam, todo era perfecto,
todo estaba bien, Adam como niño, iba aprendiendo del mejor maestro que pudiera
existir, no había otro como el maestro de Adam, el maestro de Adam era,
escultor, inventor, creador, todo un artífice de belleza sin igual, artífice de
perfección, no hay nadie como él en el reino, Él es el dueño del reino, Él es el
Rey soberano del reino, dueño de todo el
universo, Adam no se podía sentir más feliz, crecía en sabiduría e
inteligencia, clases impartidas por el mismo Rey Soberano, Él era como un padre
para Adam. Y plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí
al Adam que había formado del polvo de la tierra, e hizo nacer de la tierra
todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida
en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal para que lo
labrara y lo guardase. Y mandó a Adam, diciendo: De todo árbol del huerto
podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque
el día que de él comieres, ciertamente morirás;
Adam entendió el mandato, sabía los privilegios que tenia con su creador
quien lo guardaba como a un hijo, privilegios que podría perder si desobedecía,
mas no comprendió muy bien que significaba morir, sin embargo se propuso a
cumplir y obedecer a su creador, con el mandato que se
le había dado.
Adam cada día aprendía más y más,
los días transcurrían hasta que Adam llegó a la plenitud de su aprendizaje, se
graduó como Dr. Ing. Agrónomo y Medico Veterinario, quien como Adam para cuidar
del reino de su padre su creador, El padre y creador de Adam le dio encargo de
todo lo que estaba a su vista y a su alcance, los animales venían a donde Adam
estaba, el creador de todo y de Adam los enviaba hacia Adam y Adam les ponía
nombres, los animales comentaban entre ellos las habilidades de su doctor Adam,
todos estaban felices, también comentaban los nombres que se les había dado,
pues estaban conformes con éstos, los
animales desposados se paseaban en todas partes, se hacían caricias,
sonreían, y jugueteaban por todo aquel maravilloso jardín, Adam era sumamente
feliz cuidando de todo aquel reino, disfrutaba haciéndolo, pero Adam buscaba a
alguien como él, en cada viaje que hacía, efectuaba una investigación,
preguntaba a todos los animales que estaban desposados, si había alguien como
él, para tener una pareja como ellos, ellos dijeron no, no hemos visto a nadie
como tú, pero también haremos nuestra propia investigación y te contaremos.
No se hallo a nadie de la misma
especie para Adam en todo aquel reino, el Creador vio que Adam era feliz y
disfrutaba lo que hacía, pero Adam no encontraba su hembra su mujer, como todos los varones en aquel reino, todos
los machos, (varón), tenían su hembra, (mujer) como pareja, sin embargo Adam
estaba solo, entonces el padre de Adam, siendo un artífice de belleza, elaboró
una hembra para Adam, la elaboro del lado del corazón de Adam, Adam entro en profundo sueño y mientras
dormía el creador sacó una costilla de Adam y de esa costilla, fabricó un mujer
y le trajo a su mujer, su hembra a Adam y la coloco a su lado y dijo tu serás
ayuda muy útil para mi Adam, y la recostó al lado junto al
corazón de Adam de lado que había sido tomada. Adam despertó y su gran
sorpresa, una mujer estaba a su lado. Adam estaba Maravillado.
Te estuve buscando por todos
lados, le dijo a la mujer, y no te encontraba, ¿cómo fue que llegaste a donde
mi?, ¿Acaso fueron mis amigos que te dijeron que yo te buscaba?
No, respondió la mujer, tu padre
me construyó para ti y me trajo a ti mientras dormías, me dijo que te vio solo
y buscándome, por eso me hizo de ti y para ti y me trajo a ti mientras tu dormías profundamente.
¡Entonces tu eres carne de mi
carene y hueso de mi hueso! Exclamo Adam maravillado. Y amó Adam a su mujer, su
hembra, y vivían felices en el jardín que el Padre les había dado, para habitar
y cuidar, cuidando de aquel perfecto reino, no se podía pedir más, todo era
maravilloso, todo era perfecto, el padre no obligo a su hijo a cumplir su
mandamiento, el hombre tenía la libre elección, obedecer o no, al igual que su
mujer, al igual que Luz Bella, Adam usaba su voluntad para amar a su creador o
rechazarle, El Rey Soberano había creado a Adam con libre decisión, libre
elección, Adam tomaba decisiones voluntarias y lo que había aprendido de su
creador lo enseñaba a su mujer. El Rey
hizo a Adam a su imagen, a imagen del Él
lo creó; Varón y hembra los creó. Y cuando trajo la mujer a
Adam, los bendijo el Padre, y les dijo: Fructificad y multiplicaos;
llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de
los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo: He
aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra,
y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y
a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que
se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para
comer, más del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Las aguas se
había separado de sobre las faz del abismo Lucifer había sido lanzado a tierra
hace mucho tiempo, cuando la tierra quedo en seco, Lucifer se vio en la tierra
, y se vio abominable, ya no era el ser hermoso que había sido creado en el
principio, ahora era un ser abominable, su poder había sido disminuido, pero
seguía siendo más astuto que Adam y su mujer, recorriendo, vagando por toda la
tierra seca, se encontró con el jardín llamado Edén, y se dijo: Esto se parce a
mi reino, en donde yo estaba anteriormente. Se ve bastante diferente, pero es
el mismo, escucho ruidos, me parece escuchar voces, se dijo, indagaré quien se
ha apoderado de mi reino, investigo tanto, que hasta se llego a enterar de todo
lo que el Soberano Rey les había dicho a Adam, se entero, que el Rey le había
entregado todo el reino a Adam su nueva creación y que
había un mandato por el cual Adam
se hacía acreedor del reino, Adam poseería el reino, solamente si obedecía a su
Rey, solamente si cumplía el único mandamiento dado, no comer del árbol del
conocimiento del bien y del mal. Lucifer al estar bien enterado del trato del
Rey con Adam, investigó la manera como hacer que Adam perdiera el derecho a ese
reino, pasaron varios días y no hallaba la manera como destruir a Adam y
recuperar su reino, el Rey lo había instruido bien, Adam obedecía a su Padre su
Creador y no lograba encontrar la oportunidad para, destruirle. El Rey Soberano,
ya estaba enterado del plan de Lucifer, pero no podía intervenir, ya que él
había creado a Adam con libre voluntad, libre decisión, el deseo del Rey y
Padre es que Adam siga su mandamiento, decida por voluntad propia amarle, sin
embargo no puede intervenir en su decisión, Adam tiene que decidir con voluntad
propia, para eso el Padre se la dio. Lucifer no podía presentarse ente Adam y
su mujer, tal cual él era, Lucifer no tenía la potestad de adquirir cuerpo
físico, ya que ahora él era un espíritu malvado con poder limitado, y Adam y su
mujer poseían la protección de su creador EL Rey Soberano; hasta que un día
notó que la mujer de Adam se paseaba en el huero, sola y peligrosamente cerda
del árbol prohibido, como Lucifer era astuto, controlo los movimientos de la
mujer, Lucifer se presento ante la
serpiente y llegaron a un convenio para engañar a la mujer cuando estuviera
sola, ya al tener un plan bien delineado, Satanás espero el momento en que la
mujer se acercó al árbol prohibido, mientras ésta estaba alejada de su esposo y
aprovechó el momento y, cierto día
Lucifer mando decirle a la mujer:
¿Conque el Rey os ha dicho: ¿No comáis de todo
árbol del huerto? La serpiente astuta y mentirosa envolvió a la mujer
sigilosamente, agregando al mandato e inventado e incluyendo todo árbol. La mujer
quiso defender a su creador, pero en su defensa incurrió en un grave error.
Y la mujer respondió a la
serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto
del árbol que está en medio del huerto dijo El Soberano Rey: No comeréis de él,
ni le tocaréis, para que no muráis.
La mujer cometió el error de
agregar al mandato de su creador intentando defender aquel mandato, agrego, no
tacareis, siendo que el mandato solo decía, no comeréis, la serpiente vio la
debilidad y el error en la mujer y aprovecho la oportunidad
para cultivar le fallido intento de la mujer
Entonces la serpiente dijo a la
mujer: No moriréis; sino que sabe el Rey que el día que comáis de él, serán
abiertos vuestros ojos, y seréis como Él, sabiendo el bien y el mal.
La duda estaba sembrada, la
tentación del conocimiento más allá estaba a una mordida del aquel fruto, el
ser como el creador estaba al alcance de las manos, a una mordida, verdades y
mentiras mezcladas y la mujer fue tentada, su voluntad fue probada. Y vio la
mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; su
voluntad cedió ante la tentación, haciendo a un lado el mandato de su Rey, sucumbió ante
su deseo; su esposo llegaba por donde
ella estaba y ella le convidó que comiera, le contó lo que la serpiente le
había dicho, seremos como el rey es, sabiendo todo, dijo la mujer, la mujer sedujo
a su esposo para que comiera con ella de aquel fruto prohibido; no necesitaban
saber más de lo que ya sabían, el padre s u tiempo les revelaría mas, pero la
voluntad del hombre es débil y egoísta, en la mente de Adam sonaban las
palabras del mandato que el Rey le había dado, y las consecuencias de la
desobediencia para con aquel mandamiento, pero su voluntad estaba tentada, su
deseo en querer saber más de lo que se le había enseñado ardía dentro de é, Adam
quiere ser igual a su Padre sabiendo lo bueno y lo malo, el querer mas, junto con el amor que sentía por su mujer, lo llevaron a
ceder ante la tentación, entonces cedió ante la insistencia de su mujer,
haciendo uso de su voluntad débil ante la tentación, volcando su voluntad a su
deseo, desobedeciendo y pensando solamente en él, prefiriendo el conocimiento más
allá, ceder a la insistencia de su mujer más que al mandato de su Padre, entonces
la mujer dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y
conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se
hicieron delantales, tratando de cubrir la vergüenza de du transgresión, su
pecado, mas el Rey les dio mandato del rito de Expiación, sangre inocente que
cubre la transgresión del hombre, el rey sacrifico un cordero e hizo con la
piel vestido para cubrir la vergüenza de Adam y su mujer, para cubrir su
transgresión, hizo rito de expiación.
Lucifer había ganado la batalla, había logrado
corromper, la nueva creación, los derechos de la duda y la mentirita que había
implantado en Adam le pertenecían. El padre de Adam presenciaba aquella
barbarie, en silencio y paciente esperaba
a que Adam usara los sentidos que le
había otorgado para que con voluntad propia decidiera obedecerle a Él y seguir
fiel su mandamiento, pero la voluntad de Adam estaba ya corrompida, el deseo de
conocimiento y ser como el Rey, el yo de Adam se había fusionado con el engaño
de Lucifer, el orgullo el ego, el deseo mas allá de las normas envolvieron sus sentidos y su razonamiento,
lo cual no le permitió tomar una decisión correcta, Adam y su mujer ya había
tomado su decisión, y marcado un destino, por más que el Creador de ambos
hubiera querido, no podía obligarles que le
amaran y le obedecieran, el Padre no puede obligar a Adam y a su mujer a
obedecerle, porque si lo hiciera, Adam no sería un ser independiente de libre
voluntad como Él lo ha creado, por lo que decidió confrontar a Adam, y le dijo:
¿Dónde estás tú?, El Rey sabía donde su Adam
estaba, pero El rey quería que Adam, pusiera en claro sus pensamiento,
con respecto a lo que había hecho. Y Adam le respondió: Oí tu voz en el huerto,
y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. El Padre le
dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te
mandé no comieses?, el Rey de Adam sabía
lo que él había hecho, pero el Rey quería
que Adam asumiera su responsabilidad, confesara su transgresión, mas sin
embargo Adam respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí, evadiendo la
responsabilidad de sus actos, culpo a su mujer y el Rey le había dado el
mandato a él y el debió haber obedecido el mandato del Rey su creador quien lo
había tomado como hijo y no a su mujer, y Adam culpo a su mujer del error que
él cometió. Entonces el Rey dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo
la mujer: La serpiente me engañó, y comí. La mujer también evadió la
responsabilidad de sus actos culpando a la serpiente y al final culpando
indirectamente a su Creador padre y Rey por haber permitido a la serpiente
engañarles, por haber dejado a la serpiente en el huerto, siendo ellos, Adam y
su mujer los que desobedecieron el mandato y no la serpiente en ese momento,
así entro en el mundo la culpabilidad de terceros por los errores, negando el
error de uno mismo. Y el Rey dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las
bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo
comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti
y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la
cabeza, y tú le herirás en el calcañar, Adam y su mujer al desobedecer el
mandato del Rey, siguiendo las sugerencias de la serpiente, destruyeron lo
perfecto del reino del Soberano Rey y creador, al desobedecer todo a su
alrededor cambio, lo perfecto se fue transformando y deteriorando, el Rey tuvo
misericordia de Adam y su mujer ofreciendo un salvo conducto para Adam y sus
descendientes, pues Adam fue creado, menor que, los otros seres magníficos
celestiales creados, incluso menor que Lucifer, aunque en el inicio de su
existencia Adam tenia dominio, pero al ceder y desobedecer a su Creador dio
potestad a Lucifer sobre su existencia, y perdió casi toda esa protección y el
derecho de ser llamado del Rey, pero Adam entendió el mensaje que El Soberano
Rey le dio a la serpiente a Lucifer aquel día de la transgresión; ya que el
hombre fue creado menor que los otros seres celestiales, uno vendría que sería
perfecto para el Rey, y este que habría de venir, quietaría el poder que Adam
le había dado a la serpiente antigua, sobre el reino de Adam, la serpiente
tendría poder, pero solo podría tocar el calcañar de la mujer, sin embargo, la
simiente de la mujer destruiría el domino de Lucifer, total y completamente por
eso el que habría de venir le heriría la cabeza a la serpiente antigua, el Rey
Soberano prometía una vía de escape a la muerte por transgredir el mandato que
le había dado a Adam y por el cual había entrado la muerte a toda su descendencia,
EL Rey quería evitar que Adam y sus
descendiente murieran, porque los ama, con la simiente prometida, el Rey
evitaba que Adam muriera con muerte eterna, es decir, de separación de su
presencia por la eternidad, así que le hizo una promesa, por medio de una profecía.
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;
ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar, Adam comprendió el
mensaje y entendió que había roto el corazón de su Padre, y por aquella
transgresión o pecado Adam fue alejado de su Padre, perdió el derecho de ser
llamado hijo, sus acciones lo alejaron
cada vez mas y mas y mas, al Punto que Adam no volvió a ver el rostro de su padre
nunca más en la vida de carne, eta fue la primer muerte que experimentó Adam,
por el pecado fue separado del rostro de su Rey, Padre y Creador, la separación
la primer muerte, ya no era un Padre sino solamente su creador, Adam había
perdido la paternidad de aquel gran Rey. Pero había una esperanza, el Rey
Soberado dio nuevas instrucciones a Adam para que lograra sobrevivir a su transgresión,
pero esta vez ya no estaría junto a él como antes, le brindaría su ayuda, solo
si seguía sus mudamientos, hallaría el camino de la vida, pero debería
esforzarse, porque ya no sería el consentido de Papá el Rey, aunque siempre le
iba a amar y cuidar.
La serpiente Lucifer también entendió el
mensaje en aquella profecía dada por el Gran Rey Soberano, por lo que intento a
toda costa destruir la simiente de la mujer, el bien y el mal ya estaban
sembrados en Adam y su mujer a la cual Adam llamó Eva, porque ella es la madre
de todos lo vivientes, Lucifer sabia que ya no era tan difícil seguir
destruyendo a Adam y a Eva, pues ya había probado la maldad y ya habitaba en
ellos, solo era de alimentarles sus egos y sus bajas paciones, los deseos malos
de su corazón, sabía que la voluntad de los descendientes de Adam iba a ser
débil al igual que la de Adam y Eva y los descendientes de Adam morirían muerte
eterna, junto con el, Lucifer inicio su plan siniestro para que jamás llegue la
semiente de la mujer que le ha de devolver el reino Adam y le ha de herir la
cabeza Lucifer.
Adam fue expulsado del paraíso de
la misma forma que Luz Bella, que ahora se llama Diablo, Satanás y Lucifer,
serpiente antigua y Dragón, había sido expulsado, con la diferencia que Lucifer
ya tiene sentencia y Adam tiene oportunidad de redención y de no ser
sentenciado y condenado a la muerte eterna y Lucifer ya no porque él fue mayor
en todo, más que Adam.
Adam comenzó su calvario pero en
todo trataba de cumplir el nuevo mandato del Soberano Rey a quien por mucho
años ya no le había visto su hermoso rostro, aunque jamás el Rey le abandonó,
siempre estuvo cuidando de él, desde donde Él estuviera, pero ya no de la misma
forma como cuando le dio el dominio del reino, Adam procreó con Eva su mujer, dos como él,
uno era bueno y obediente y el otro el
malo y orgulloso, Lucifer noto la diferencia entre ambos, y se dijo en así mismo,
el bueno es aquella simiente que habría de venir, tengo que destruirlo,
utilizando al malo y orgulloso y le quitó la vida al bueno y obediente, Adam
experimentó la segunda muerte, en su descendencia, en su simiente, la muerte de
la carne, separación del espíritu, alma y cuerpo, Adam y Eva estaban
devastados, su simiente se mataba entre sí, pero ellos instruían a sus
descendientes en los mandatados del Gran Rey, recordándoles lo que ellos había
perdido por desobediencia, dándoles la esperanza del prometido que destruiría
la obra de Satanás, les instaban que
buscaran el camino de la vida el Rey no se olvidaba de su promesa e hizo muy
fructíferos a Adam y a Eva su mujer.
Muchos de la semiente de Adam y
Eva cubrieron la tierra como les fue mandado desde el principio por el Rey
Soberano, Creador, Adam y Eva murieron, su carne desfalleció, se desgastó y
murieron, como el rey les había dicho, por comer del fruto prohibido, pero
dentro de ellos ya estaba la semilla del mal, y Adam la heredo a su
descendencia, por medio de su semilla, el conocimiento del bien y del mal, ya
estaba en sus hijos y conforme crecían y abundaban y cubrían la tierra, su
maldad se hacía mas y mas grande, tanto que llego a la presencia del creador de
Adam, el Gran Rey Soberano, su tristeza y se enojó por tanta maldad en los Hombres
hijos de Adam, que dijo:
No contenderá mi
espíritu con la simiente de Adam para siempre, porque ciertamente él es carne,
pues la maldad de los hijos de Adam es mucha en la tierra, y todo designio de los pensamientos del corazón
de ellos es de continuo solamente el mal, los Raeré de sobre la faz de
la tierra a los que he creado, desde Adam, que significa hombre, hasta la
bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues solo me han causado dolor
haberlos hecho. Pero la simiente prometida y buena de la Mujer
y de Adam estaba en Noé un descendiente
de Adam y Eva y Noé halló gracia ante los ojos del Rey Soberano, porque Noé
obedecía los mandatos del Rey buscando el camino de la vida. Y
se corrompió la tierra delante del Rey dueño de la tierra y del universo, y
estaba la tierra llena de violencia, Y miró el Rey la tierra, y he aquí que
estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la
tierra. Dijo, pues, Él, al Adam
llamado, Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de
violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás
aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y he
aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda
carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la
tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus
hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. Y de todo lo que vive, de
toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida
contigo; macho y hembra serán. Y toma contigo de todo alimento que se come, y
almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos Y lo
hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que el Creador Rey Soberano le mandó. Dijo luego
el Rey Todopoderoso a Noé: Entra tú y
toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta
generación. Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra
cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo
ser viviente que hice, E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó el Rey
soberano, los vecinos malvados de Noé se burlaban de él y lo escarnecían, porque
el Rey Soberano todopoderoso, aún no había hecho llover sobre la tierra, sino
que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra, jamás
habían visto la lluvia, pero Noé confió en el Rey Soberano, e hizo lo que le
mando hacer, Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino
sobre la tierra. Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con
él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos, de los
animales de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó
el Rey a Noé, Y sucedió que al séptimo
día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra, El año seiscientos
de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día
fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos
fueron abiertas, Y fue el diluvio cuarenta días sobre la
tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra, Y
subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el
arca sobre la superficie de las aguas. Y las aguas subieron mucho sobre la
tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron
cubiertos. Siete metros más alto subieron las aguas, después
que fueron cubiertos los montes. Y murió toda carne que se mueve
sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que
se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de
espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. Así fue
destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta
la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y
quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.
La serpiente creyó que estaba
hecho, ya había ganado la guerra pero no sabía que está muy equivocado.
Muchos días pasaron y el agua que
cubría al mundo como en el principio, comenzó a bajar su nivel, comenzaron otra
vez a juntarse el agua en un solo lugar, como él en principio, El gran Rey
había preservado la simiente de la mujer y de Adam en Noé y sus hijos, en ocho personas, Adam
seguía vivo en Noé y su familia. El rey había recreado hecho una nueva tierra,
todo era nuevo ahora, El Soberano Rey hizo que apareciera nuevamente lo seco, Y
se acordó El Rey de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que
estaban con él en el arca; e hizo pasar un viento sobre la tierra, y disminuyeron las
aguas, Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la
lluvia de los cielos fue detenida, Y las aguas decrecían
gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento
cincuenta días, Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del
mes, sobre los montes de Ararat, Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes
décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los
montes, Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del
arca que había hecho, y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y
volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra. Envió
también de sí una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la
faz de la tierra. Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y
volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la
tierra. Entonces él extendió su mano, y tomándola, la hizo entrar consigo en el
arca. Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca. Y
la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de
olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la
tierra. Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya
más a él. Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el
día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la
cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca. Y en
el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.
Entonces habló EL Gran Rey a Noé, diciendo:
Sal del arca tú, y tu mujer, y
tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo, Todos los animales que están
contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra
sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y
multiplíquense sobre la tierra.
Entonces salió Noé, y sus hijos,
su mujer, y las mujeres de sus hijos con él, todos los
animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según
sus especies, salieron del arca, Y edificó Noé un altar como el rey
mando a Adam, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció
holocausto en el altar.
Y percibió el Rey olor grato; y
dijo en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa de Adam;
porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré
más a destruir todo ser viviente, como he hecho. Mientras la
tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el
verano y el invierno, y el día y la noche. Bendijo a Noé y a
sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra, El temor
y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave
de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces
del mar; en vuestra mano son entregados, Todo lo que se mueve y vive, os será
para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado
todo, Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis, Porque ciertamente
demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y
de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre, El
que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque
a imagen de Dios es hecho el hombre, He aquí que yo establezco
mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros, y con
todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la
tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo
animal de la tierra, Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más
toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra, Y
dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y
todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: Mi
arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la
tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver
entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y
vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas
para destruir toda carne. Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré
del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre
la tierra. Dijo, pues, Dios EL Rey Soberano todo poderoso y creador de Adam, el
hombre a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne
que está sobre la tierra, M as vosotros fructificad y
multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella.
Todo era nuevo,
todo era bueno, el Rey creador de todo, había hecho nuevas las cosas para una
nueva era del hombre, de los hijos de Adam, también dio nuevas instrucciones y
juro que no iba a destruir toda vida en la tierra con agua nunca más, sin
embargo el hombre ya tenía concomiendo
del mal y el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud,
su deseo es solamente para hacer lo malo, herencia en la semilla de Adam
transmitida a cada uno de sus hijos, herencia de muerte; la nueva descendencia
de Adam en su nuevo mundo deberían cumplir los mandatos de su Rey y seguir el
camino a la vida. La serpiente noto que su plan había fracasado, hasta este
punto vio que todo su esfuerzo había sido en vano, el Rey divino, seguía
protegiendo a Adam y su simiente y a la simiente de la mujer, pero pensó no me
voy a dar por vencido, se dijo Lucifer, a toda costa trataré de destruir al
hombre y a su prometido, bien sabe Lucifer que su semilla, la que implanto en
Adam en el jardín de Edén, continuaba en sus hijos, no sería difícil manipular
sus emociones y sus deseos malos.
Y los hijos de Noé que salieron
del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán. Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la
tierra, Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña, y bebió del
vino, y se embriagó, y estaba desnudo en medio de su tienda, Y Cam, padre de
Canaán, vio la desnudez de su padre; la serpiente Lucifer estaba presente,
viendo lo que el corazón del hijo de Noé
estaba tramando, la voz del Rey hablaba dentro de Cam, diciendo no lo hagas, no
es correcto, no lo hagas es vileza, mas Cam dijo quiero y lo aré, Lucifer
entonces aprovecho el impulso de Cam y Cam hizo lo que en su corazón se había
propuesto, la semilla del mal fructifico nuevamente en este nuevo mundo, el
hombre vuelve a ceder ante su voluntad y malos deseos, haciendo a un lado e engorando
voluntariamente, la voz y mandatos del Rey quien advierte del peligro. Cam dijo
a sus hermanos Sem y Jafet lo que había
acontecido, Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron
sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su
padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre,
honrando al Rey y su vos y su mandato y
a su padre Noé. Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que
le había hecho su hijo más joven, y dijo:
Maldito sea
Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos;
Dijo más: Bendito por mi Soberano Rey, sea Sem Y sea Canaán su siervo; Engrandezca
el Todo poderoso Rey a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su
siervo. Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió,
Porque la muerte entró por un
hombre, por Adam. De Estos
tres hijos de Noé, de ellos fue llena
toda la tierra.
De los hijos de Los
hijos de Jafet, fue engendrado Nimrod, quien llegó a ser el primer
poderoso en la tierra, Este fue vigoroso cazador delante del
Rey del universo y creador de todo. Y fue el comienzo de su reino Babel,
Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. De esta tierra salió para Asiria, y edificó
Nínive, Rehobot, Cala, y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande.
Tenía entonces toda la tierra una
sola lengua y unas mismas palabras. Y aconteció que cuando
salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se
establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y
cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto
en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad, y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y
hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
El Adam se había vuelo a
corromper en la tierra, Nimrod, había establecido un orden, en la maldad de su
corazón, había sido tentado por Lucifer para revelarse en contra de su Rey y
Creador el Dios verdadero, el hombre estaba desobedeciendo el mandato del Rey
del universo, no querían ir por todo el mundo, planeta tierra y poblarlo, si no
querían establecer su propio reino, su propio dominio sobre la tierra, dejando
un lado los mandamientos del Gran Rey, por eso se construyeron Babel.
Y dijo el Gran Rey del universo
He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han
comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora,
pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el
habla de su compañero. Así los esparció el Rey del universo desde allí sobre la
faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por esto fue llamado el
nombre de ella Babel, porque allí confundió[ El Soberano Rey el
lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la
tierra.
Bien pudo el Adam ser como uno y
habitar en armonía en toda la tierra, si hubieran seguido los mandamientos del
Rey soberano, pero por ser narcisistas, egoístas y orgullosos, los hombres
apartaron al único Dios verdadero, ignorando voluntariamente de sus enseñanzas
y verdades y decidieron implantar su propio sistema de gobierno e inventar
maneras para alcanzar la vida, Lucifer los engaño para que se inventaran
caminos que dijeran vida, sin embargo son caminos de muerte y muerte eterna.
Satanás pesó ahora si, ya me los gane a todos, ahora todos son mis súbditos y
todos perecerán con migo en mi sentencia. Mas Lucifer siempre se queda con la
gana y el disgusto, porque el Rey Soberano Creador de todo el universo, siempre
tiene un plan para rescatar al Adam de sus garras, El Adam solo debe obedecer a
su Rey y Creador, el Rey de universo ama a su creación y quiere que habite junto
a Él como en el principio.
En Sem hijo de Noé, iba esa
promesa de aquel que habría de venir, del prometido para el Adam quien quitaría
todo dominio a Lucifer, de los hijos y de los hijos de Sem tomo El Rey del
universo a un Adam, que se llamaba Abram, de todos los hombres que habitaban en
el mundo, y que guardaban los mandatos del Rey soberano como se les había
enseñado desde el principio, fue tomado éste Adam el Rey del universo entero,
dijo a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a
la tierra que te mostraré, Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y
engrandeceré tu nombre, y serás bendición, Bendeciré a los que te bendijeren, y
a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de
la tierra, la promesa del Rey eterno hecha a Adam, estaba en Abraham.
Después de estas
cosas vino la palabra del Soberano Rey a Abram en visión, diciendo: No temas,
Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande Y respondió
Abram: Señor su Rey Soberano, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el
mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? Dijo también Abram: Mira que no
me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.
Luego vino a él palabra de su Señor el Rey divino, diciendo: No te heredará
éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo:
Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo:
Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Y le
dijo su Rey Soberano: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para
darte a heredar esta tierra. Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que
la he de heredar? Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años,
y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un
palomino. Y tomó él todo esto Abram, y los partió por la
mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. Y
descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba.
Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de
una grande oscuridad cayó sobre él. Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por
cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será
oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán,
juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Y tú vendrás a tus
padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación
volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta
aquí. Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un
horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales
divididos. En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia
daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates;
la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, los
heteos, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los
cananeos, los gergeseos y los jebuseos.
Pero el Adam siempre tratando de
ayudar al Gran Rey del universo, siendo
que Él tiene todo bajo control, el Adam
hace cosas que no le son mandadas a hacer, por eso cae en desobediencia,
transgresion y pecado contra su Creardor, acarreando para si mismo el Adam
pesares. Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía
una sierva egipcia, que se llamaba Agar, Dijo entonces Sarai a Abram: Ya
ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva;
quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai, Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había
concebido, miraba con desprecio a su señora Sarai, esta es la cuasa de la
siputa de la herencia de un padre, pero la herencia de Adam es herencia de
muerte, mas la Herencia del Rey divino es vida, la cual no es dada por voluntad
de el Adam.
Era Abram de edad de noventa y
nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso;
anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y
ti, y te multiplicaré en gran manera. Entonces Abram se postró sobre su rostro,
y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de
muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram,[a] sino que será tu nombre
Abraham,[b] porque te he puesto por
padre de muchedumbre de gentes, Y te multiplicaré en gran
manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti, Y estableceré mi
pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por
pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. El Rey
Glorioso establecía ordenanzas, para un pueblo una nación que va ser tomada,
como ejemplo para todas las menas naciones de la tierra, como es que se debe
Servir al Soberano Rey creador del Adam, gentes, hombres y mujeres que
enseñarían al mundo entero la manera de encontrar el camino a la vida. De Abraham el Rey del universo escogió
a otro Adam, Jacob es su nombre, Salió, pues, Jacob de
Beerseba, y fue a Harán, Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán.
Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y
tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel
lugar. Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su
extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían
por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy
Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás
acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el
polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al
sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.
He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a
traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he
dicho, Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente
Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía Y tuvo miedo, y dijo: !!Cuán
terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.
El Rey de todo
lo que existe volvió a repetir que en Jacob serian benditas todas las Familias
en la tierra, su promesa seguí en pie, el prometido a Adam vendría de Jacob, la
esperanza seguía viva, Jacob solamente tendría que seguir obedeciendo a su Rey
soberano, el Rey Creador de Adam, fructifico a Jacob en todo y tuvo dos esposas
y dos concubinas de las cuales el Soberano Rey le dio doce hijos varones y una mujer y son estos Rubén, Simeón, Leví, Judá , Neftalí , Gad, Aser. Dina ,
Isacar, Zabulón , José y Benjamín, Jacob regreso a casa de sus padres con sus
mujeres y sus hijos de cami iba, y le salieron al
encuentro ángeles de Dios Verdadero, Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de
Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim, Y envió Jacob
mensajeros delante de sí a Esaú su hermano, a la tierra de Seir, campo de Edom,
porque tenía contienda con su hermano y su hermano Esau estaba enojado con
Jacob, Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así
dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado, y me he detenido hasta ahora, tengo
vacas, asnos, ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, para
hallar gracia en tus ojos, Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo:
Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos
hombres con él, Entonces Jacob tuvo gran temor, y se
angustió; y distribuyó el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y
los camellos, en dos campamentos, Y dijo: Si viene Esaú contra un campamento y
lo ataca, el otro campamento escapará, Y dijo Jacob: Dios de
mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: Vuélvete a
tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien, menor soy que todas las
misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con
mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. Líbrame ahora
de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y
me hiera la madre con los hijos. Y tú has dicho: Yo te haré
bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por
la multitud. Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un
presente para su hermano Esaú, Y lo entregó a sus siervos,
cada manada de por sí; y dijo a sus siervos: Pasad delante de mí, y poned
espacio entre manada y manada, mandó al primero, diciendo: Si Esaú mi hermano
te encontrare, y te preguntare, diciendo: ¿De quién eres? ¿y adónde vas? ¿y
para quién es esto que llevas delante de ti? entonces dirás: Es un
presente de tu siervo Jacob, que envía a mi señor Esaú; y he aquí también él
viene tras nosotros, andó también al segundo, y al tercero, y a todos los que
iban tras aquellas manadas, diciendo: Conforme a esto hablaréis a Esaú, cuando
le hallareis. Y diréis también: He aquí tu siervo Jacob viene tras nosotros.
Porque dijo: Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, y después
veré su rostro; quizá le seré acepto. Pasó, pues, el presente delante de él; y
él durmió aquella noche en el campamento.
Así se quedó Jacob solo; y luchó
con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía
con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de
Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: Déjame, porque raya el
alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le
dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá
más tu nombre Jacob, sino Israel;[b] porque has luchado con Dios y con los
hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo:
Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi
nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel;[c] porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue
librada mi alma. Entonces el rey volvió a llamar a un Adam, `Así dice el SEÑOR:
`Israel es mi hijo, mi primogénito. Quien me servirá y me será un pueblo santo,
pueblo de sacerdotes que muestren al mundo las bondades de su Rey Soberano que
enseñen como se debe reverenciar a su Rey Creador. Alzando Jacob sus ojos,
miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces
repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas, Y
puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a
José los últimos, Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces,
hasta que llegó a su hermano, Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se
echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron, Y alzó sus ojos Esaú hermano de Israel y vio a las mujeres y
los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios
ha dado a tu siervo, Después Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de
Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padan-aram; y acampó
delante de la ciudad, compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de
mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas. Y
erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel. Dijo Dios a Jacob: Levántate
y sube a Bet-el, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció
cuando huías de tu hermano Esaú, Entonces Jacob dijo a su
familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay
entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos, Y levantémonos, y
subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi
angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado, Así dieron a
Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos, imágenes,
esculturas, esfinges, de metales, madera, yeso y barro y los zarcillos que estaban
en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina que estaba junto a
Siquem, Y salieron, y el terror de Dios el Rey del universo
estuvo sobre las ciudades que había en sus alrededores, y no persiguieron a los
hijos de Jacob, Y edificó allí un altar, y llamó al lugar El-bet-el,[a] porque
allí le había aparecido Dios, cuando huía de su hermano. Apareció otra vez Dios
a Jacob, cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo, Y le dijo
Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será
tu nombre; y llamó su nombre Israel, También le dijo Dios: Yo soy el Dios
omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán
de ti, y reyes saldrán de tus lomos, La tierra que he dado a
Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la
tierra, Y se fue de él Dios el Rey Soberano del universo, del lugar en donde
había hablado con él.
Lucifer vio todo
lo que el Rey Soberano hacia con esta descendencia de Adam y Eva, por lo que
que, intuyó que este pueblo era el prometido, aquel en quién Adam y Eva
esperaron, y procuró hacerles guerra, para así evitar que llegara el prometido,
la semilla de la maldad fue trapazada, heredada genéticamente a todos los
hombres por Adam y su transgresión, por eso no hay hombre en la tierra que esté
exento de ser fiel servidor de Lucifer, si su en voluntad así lo decide,
excepto aquellos que quieren volver a ver la cara del Rey Soberano algún día,
estos luchan por cumplir los mandatos del Gran rey del Universo, vencen su
egocentrismo, sus malos deseos y buscan agradar al Creador de Adam. Lucifer se
inmiscuyo entre los hijos de Israel, sembrando discordias y envidias,
haciéndoles que ensañasen en contra de su hermano menor el cual se llama José,
el cual era el más querido por Israel, poniéndoles en su corazón que lo matasen,
en una ocasión en que el fue en busca de ellos a donde pastoreaban los rebaños
de Israel, mas su hermano mayor Rubén, impide a sus otros hermanos que los mentes,
pero Lucifer no estaba contento con que este más querido estuviera vivo, pues
le hacía pensar en aquel que lo va a derrocar, entonces infunde en el corazón de
los hermanos vender a aquel Joven, a unos mercaderes que pasaban por donde
ellos pastaban sus ovejas, Fue vendido José y fue llevado a Egipto, y a su
padre los otros hijos dijeron que José había muerto Lucifer creyó que estaba
ganando, mas no sabía que estaba ayudando a cumplir las profecías dadas por el
Eterno Rey creador de Adam. Intentando cavar con el resto de los hijos de
Israel envió hambre sobre la tierra, Israel ya había acabado sus provisiones, y
Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué os
estáis mirando? Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto;
descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no
muramos, Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en Egipto, as
Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: No
sea que le acontezca algún desastre. Para sorpresa de aquellos hermanos, el
gobernador de Egipto era su hermano José, el Rey Soberano de todo lo que existe
le dio potestad en aquel reino de hombres, porque José era muy obediente a su
Rey y Señor, el Rey Creador de Adam, Aquel José que fue vendido como esclavo y
que ahora era el gobernador del reino egipcio, era sombra de aquel que fue
prometido a Adam y su descendencia, porque fue salvador de muchos en la tierra
cuando Lucifer envió hambre a todas las regiones, fue un salvador para Israel y
para los no israelitas, Jacob o Israel como su Rey divino le llamo, no lo podía
creer cuando sus otros hijos le contaron que José vivía; mas José les dijo: Daos
prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por
señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas, Habitarás en la tierra de
Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus
ganados y tus vacas, y todo lo que tienes, Y allí te alimentaré, pues aún
quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y
todo lo que tienes, Y subieron de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán a
Jacob su padre, Y le dieron las nuevas, diciendo: José vive aún; y él es señor
en toda la tierra de Egipto. Y el corazón de Jacob se afligió, porque no los
creía, ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado;
y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlo, su espíritu revivió,
Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes
que yo muera. Lucifer había perdido otra batalla más en contra de los planes
del Gran Rey del Universo entero, perdió la batalla porque el Rey creador de
Adam tiene todo en control, además a yudo a cumplir una profecía para este
pueblo escogido. Israel antes de morir confirma
a sus hijos la llevada del prometido, Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo:
Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros,
Juntaos y oíd, hijos de Jacob, Y escuchad a vuestro
padre Israel.
Rubén, tú eres mi primogénito, mi
fortaleza, y el principio de mi vigor; Principal en dignidad, principal en
poder, Impetuoso como las aguas, no serás el principal, Por cuanto subiste al
lecho de tu padre; Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado. Simeón y Leví son hermanos; Armas de
iniquidad sus armas, En su consejo no entre mi alma, Ni
mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su furor
mataron hombres, Y en su temeridad desjarretaron toros,
Maldito su furor, que fue fiero; Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré
en Jacob, Y los esparciré en Israel. Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en
la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti, Cachorro de león, Judá; De la presa subiste,
hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará? No será quitado el cetro
de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán
los pueblos. Atando a la vid su pollino, Y a la cepa el hijo de su asna,
Lavó en el vino su vestido, Y en la sangre de uvas su manto. Sus
ojos, rojos del vino, Y sus dientes blancos de la
leche.
Así continuó
Israel con cada uno de sus hijos, profetizándoles, pero Lucifer se intereso con
la bendición que Israel le dio a su hijo Judá, cuando venga Siloh que se
traduce como, una combinación de paz, prosperidad y tranquilidad y se
refiere al Mesías el prometido a Adam en el sentido de que esas serán las
características de Su Reino, Lucifer se ensaño aun mas contra este pueblo
escogido Israel el Hijo primogénito de Rey del universo Dios Vivo, No había
ninguna duda, de este hijo de Dios Israel vendría aquel quién le quitaría todo
su poder, pero quien o que era, no lo sabía, no lo lograba descifrar, por eso
Lucifer ahora intenta exterminar a Israel de la faz de la tierra, Lucifer se
entera las debilidades del hombre cuando el hombre dice lo que piensa o quiere
hacer, y allí es cuando el comienza a alimentar las decisiones erróneas del
Adam. Su siguiente pieza a utilizar los reyes de Egipto, ya el pueblo de Israel
estaba dentro de las murallas del reino de los egipcios, solo hay que ser un
poco paciente y esperar el momento preciso para atacar, Murió José el
gobernador de Egipto hijo de Israel, y paso el tiempo, y se levanto un rey que
no conocía a José ni lo que había hecho en un pasado lejano, Israel ya no eran
doce hermanos varones, si no que ya eran miles de millares, Israel ya era una
nación, el nuevo rey del reino egipcio, decidió esclavizar al pueblo de Israel
hijos de Jacob, cumpliendo así la profecía que el Soberano Rey le dio a
Abraham, muchos años antes, Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra
ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años, Satanás es una
pieza para los movimientos de Dios, como en una mesa de ajedrez, nos es que, lo
que El Rey Eterno este haciendo, sea aun juego, pues no lo es, simplemente, las
estrategias que Satanás usa para destruís al Adam, no son nada comparados a
poder y la inteligencia del soberano Rey Divino, por eso Dios manda y el diablo
obedece aunque no quiera, la Voluntad del Rey del universo siempre se cumple. Entretanto,
se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo,
He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más
fuerte que nosotros, Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se
multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros
enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra, Entonces
pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas;
y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés, Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían,
de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. Y los egipcios
hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, y amargaron su vida
con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en
todo su servicio, al cual los obligaban con rigor.
En medio de aquella esclavitud. Un
varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le
tuvo escondido tres meses. Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una
arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño
y lo puso en un carrizal a la orilla del río, Y la hija de Faraón descendió a
lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la
arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Y cuando la
abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él,
dijo: De los niños de los hebreos es éste, Entonces su hermana
dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que
te críe este niño?, Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la
doncella, y llamó a la madre del niño, Y cuando el niño creció, ella lo trajo a
la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés,[a] diciendo: Porque de las aguas lo saqué. En
aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en
sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus
hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al
egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente salió y vio a dos
hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a
tu prójimo? Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre
nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo,
y dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto. yendo Faraón
acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de
Faraón, y habitó en la tierra de Madián. Aconteció que después de muchos días
murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre,
y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y
oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y
Jacob, Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios. Apacentando
Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a
través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se
le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y
él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces
Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no
se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de
la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el
lugar en que tú estás, tierra santa es. dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios
de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro,
porque tuvo miedo de mirar a Dios. Dijo luego Jehová: Bien he
visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa
de sus exactores; pues he conocido sus angustias, Ven, por tanto, ahora, y te
enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
Moisés puso toda
clase de excusas para poder liberarse tan grande encargo, Moisés conocía a su s
hermanos, su pueblo, su gente y sabia que eran rebeldes, mas para el Rey
soberano nada es imposible el hace maravillas,
el hace prodigio. Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de
Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si
ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió
Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO
SOY me envió a vosotros. Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová,
el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me
apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en
Egipto; y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del
cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una
tierra que fluye leche y miel. Mas yo sé que el rey de Egipto no os
dejará ir sino por mano fuerte. Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto
con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir, Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que
cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías, ino que pedirá cada mujer a su
vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales
pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto. Y dijo
Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón
todas las maravillas que he puesto en tu mano; Y dirás a Faraón: Jehová ha
dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito, Ahora pues, ve, y yo
estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar. Mas también a la
nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran
riqueza, el Rey Soberano cumplió con su promesa a cabalidad, Moisés hizo todo
lo que su Rey creador del Adam le mando, obediente y humilde, y Hablo al pueblo
de Israel y al FAraon pero el faraón rey de Egipto, arrogante y despiadado,
endureció su corazón y no dejo ir a Israel de Egipto, el Rey pudo haber
intervenido en el corazón del faraón, pero como faraón esta usando su libre
decisión al igual que Adam, no intervino, ya que el faraón ni le interesaba el
Rey creador del todo el universo, Dios Todo Poderoso, no había como, el tenia
sus ídolos y no creía al Todo Poderoso Dios, Por eso el Rey soberano se mostro
haciendo maravillas con el pueblo de Egipto.
Después Moisés y
Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel
dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto. Y Faraón
respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no
conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel. Dijo también Faraón: He aquí
el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus
tareas. Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo que lo
tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo: De aquí en adelante no daréis
paja al pueblo para hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por
sí mismos la paja. Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían
antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, por eso levantan la
voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios. Agrávese la
servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras
mentirosas. Y los capataces de los hijos de Israel vinieron a Faraón y se
quejaron a él, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos? No se da paja a
tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aquí tus siervos son
azotados, y el pueblo tuyo es el culpable. Y él respondió: Estáis ociosos, sí,
ociosos, y por eso decís: Vamos y ofrezcamos sacrificios a Jehová. Id pues,
ahora, y trabajad. No se os dará paja, y habéis de entregar la misma tarea de
ladrillo. Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en aflicción,
al decírseles: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada
día. Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban a la
vista de ellos cuando salían de la presencia de Faraón, les
dijeron: Mire Jehová sobre vosotros, y juzgue; pues nos habéis hecho
abominables delante de Faraón y de sus siervos, poniéndoles la espada en la
mano para que nos maten. Entonces
Moisés se volvió a Jehová, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para
qué me enviaste? Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre,
ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo.
Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón;
porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su
tierra. El Rey soberano hablo, Habló
todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y
a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a
ellos. Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a
quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto. Por tanto,
dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las
tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con
brazo extendido, y con juicios grandes; Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he
constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. El Rey
soberano hizo prodigios en la tierra de Egipto para dar a conocer su Potestad a
los hombres, para hacerles saber que sus ídolos, sus dioses no son nada ante su
presencia, Primero hizo que el Rio Nilo se convirtiera en Sangre, por esto los
peces murieron, los egipcios no podían beber agua del rio porque se había
corrompido. Lo hechiceros del Faraón hicieron también lo mismo y el faraón se
endureció mas y no dejo ir a Israel, El Rey soberano envió otra plaga, Ranas
que salían del rio de sangre, ranas que están en todas partes en los palacios
del faraón, pero el Faraón no dejaba ir a Israel. Luego vinieron piojos, luego
moscas, luego murieron los rebaños de los egipcios, luego salieron ulceras a
los egipcios, luego el Rey soberado creador de Todo lo que Existe, envió otra
plaga, envió u granizo que al tocar el suelo parecía como que si ardía en
llamas, truenos y relámpagos, sin lluvia, pero el faraón se obstinaba en o
dejar ira a Israel, todas estas plagas solo afectaban al pueblo egipcios, a los
hijos de Israel los guardad Jehová, creador de Adam y de todo lo que existe.
Otra Plaga mas, langostas aparecieron por todos los sembradillos de los campos
de los egipcios y arrasaron con toda cosecha egipcia, Luego Jehová Dios envió
tinieblas sobre la tierra de Egipto, hubo densas tinieblas sobre toda la tierra
de Egipto, por tres días, tanto que cualquiera las palpaba, Entonces Faraón
dijo a Moisés vete tu y tu pueblo solo deja a tus rebaños en Egipto y vete, le
dijo Faraón: Retírate de mí; guárdate que no veas más mi rostro, porque en
cualquier día que vieres mi rostro, morirás. Y Moisés respondió: Bien has
dicho; no veré más tu rostro. Jehová
dijo a Moisés: Una plaga traeré aún sobre Faraón y sobre Egipto, después de la
cual él os dejará ir de aquí; y seguramente os echará de aquí del todo. Habla
ahora al pueblo, y que cada uno pida a su vecino, y cada una a su vecina,
alhajas de plata y de oro. Y Jehová dio gracia al pueblo en los ojos de los
egipcios. También Moisés era tenido por gran varón en la tierra de Egipto, a
los ojos de los siervos de Faraón, y a los ojos del pueblo. Dijo,
pues, Moisés: Jehová ha dicho así: A la medianoche yo saldré por en medio de
Egipto, y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de
Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está
tras el molino, y todo primogénito de las bestias. Y habrá gran clamor por toda
la tierra de Egipto, cual nunca hubo, ni jamás habrá. Pero contra todos los
hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua,
para que sepáis que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas.
Y descenderán a mí todos estos tus siervos, e inclinados
delante de mí dirán: Vete, tú y todo el pueblo que está debajo de ti; y después
de esto yo saldré. Y salió muy enojado de la presencia de Faraón. Y Jehová dijo
a Moisés: Faraón no os oirá, para que mis maravillas se multipliquen en la
tierra de Egipto. Y Moisés y Aarón
hicieron todos estos prodigios delante de Faraón; pues Jehová había endurecido
el corazón de Faraón, y no envió a los hijos de Israel fuera de su país.
Habló Jehová a Moisés y a Aarón
en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes os será principio de los meses; para
vosotros será éste el primero en los meses del año. Hablad a toda la
congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un
cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Mas si la
familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su
vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas;
conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. El
animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las
cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la
congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. Y
tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las
casas en que lo han de comer. Y aquella noche comerán la carne asada al fuego,
y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán. Ninguna
cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza
con sus pies y sus entrañas. Ninguna cosa dejaréis de él hasta
la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego. Y
lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y
vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de
Jehová. Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo
primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y
ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. Y
la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la
sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando
hiera la tierra de Egipto. Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como
fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo
lo celebraréis. Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo:
Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua. Y tomad
un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad
el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno
de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. Porque
Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en
los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en
vuestras casas para herir. Y los hijos de Israel fueron e
hicieron puntualmente así, como Jehová había mandado a Moisés y a Aarón y llego
la ultima plaga, Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo
primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se
sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la
cárcel, y todo primogénito de los animales. Y se levantó aquella noche Faraón,
él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto,
porque no había casa donde no hubiese un muerto. E hizo llamar
a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo
vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho. Tomad
también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos; y
bendecidme también a mí. Y los egipcios apremiaban al pueblo,
dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos. Y
llevó el pueblo su masa antes que se leudase, sus masas envueltas en sus
sábanas sobre sus hombros. E hicieron los hijos de Israel
conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y
de oro, y vestidos. Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y
les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios. Partieron
los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie,
sin contar los niños. Y en aquel mismo día sacó Jehová a los hijos de Israel de
la tierra de Egipto por sus ejércitos. y endureciéndose Faraón para no dejarnos
ir, Jehová hizo morir en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el
primogénito humano hasta el primogénito de la bestia; Jehová el Rey soberano
mando al pueblo que fuesen por el desierto el Mar Rojo. Y subieron los hijos de
Israel de Egipto armados. Y Jehová iba delante de ellos de día en una
columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego
para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca
se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la
columna de fuego.
Habló Jehová a Moisés, diciendo: Di
a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre
Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él acamparéis junto al mar. Porque
Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto
los ha encerrado. yo endureceré el
corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su
ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y fue dado aviso al rey de
Egipto, que el pueblo huía; y el corazón de Faraón y de sus siervos se volvió
contra el pueblo, y dijeron: ¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a
Israel, para que no nos sirva? Y unció su carro, y tomó consigo su pueblo; y
tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los
capitanes sobre ellos. Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería
y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron
acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón. Y
cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí
que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en
gran manera, y clamaron a Jehová. Y dijeron a Moisés: ¿No
había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto?
¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? ¿No
es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios?
Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el
desierto. Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y
ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy
habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová
peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Entonces
Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que
marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y
divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. Y
he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me
glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; y
sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus
carros y en su gente de a caballo. Y el ángel de Dios que iba
delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo
la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas,
e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de
Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y
en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros. Y extendió
Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio
viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas
quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel entraron por
en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su
izquierda. Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos
hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de
a caballo. Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová
miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó
el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus
carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de
delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios. Y
Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan
sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. Entonces
Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en
toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová
derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las
aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que
había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. Y
los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas
por muro a su derecha y a su izquierda. Así salvó Jehová aquel
día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la
orilla del mar. Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová
ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y
a Moisés su siervo.
La frustración de Lucifer era
enorme, aquel pueblo que intentó destruir, ahora estaba a salvo, peor aún, el
había sido usado para este grande prodigio de salvación, El Gran Rey había
cumplido su promesa, la promesa que le había hecho a Abraham muchos años antes, para que el Adam viera que el
Dios y Rey Soberano que los Creo, el Único y Verdadero, El todo Poderoso,
creador del universo, tenía el poder para rescatarle, la Esperanza de Adam no
estaba perdida, el camino de la vida aun prevalencia ante las asechanzas del
Lucifer, aunque este no se dio por vencido, su semilla estaba en el Adam de
Israel, algo podría hacer para seguir intentado destruir a Israel del Rey, así
como lo estaba haciendo con el resto de la hombres alrededor de ellos.
El Gran rey guió a su hijo, al
pueblo de Israel por el desierto, en el camino les dio leyes, preceptos,
mandatos, que los iban a diferenciar de todas las naciones de la tierra, EL
Gran Rey noto que aquel pueblo era de duro corazón, sus pensamientos y sus
deseos están dirigido para hacer lo malo, El gran Rey hacia maravillas en medio
de ellos, pero los hijo de Israel se esforzaban en enojar al Rey soberano tanto
que en una ocasión quiso destruirlos en el desierto, pero Moisés, siendo figura
del salvador que espera el Adam, intercede por aquel pueblo pecador y Dios
desiste en destruirles y le dijo: Israel:
Mira, Ahora pues, si en verdad
escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los
pueblos, porque mía es toda la tierra; y vosotros seréis para
mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Yo he puesto delante de ti
hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando
hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus
mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado,
y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión
de ella. Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te
dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, yo os
protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la
tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella. A los
cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto
delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la
vida, para que vivas tú y tu descendencia.
Fue Moisés y habló estas palabras
a todo Israel, y les dijo: Este día soy de edad de ciento
veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho:
No pasarás este Jordán. Jehová tu Dios, él pasa delante de ti;
él destruirá a estas naciones delante de ti, y las heredarás; Josué será el que
pasará delante de ti, como Jehová ha dicho. Y hará Jehová con
ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a
quienes destruyó. Y los entregará Jehová delante de vosotros,
y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado. Esforzaos
y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es
el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
El pueblo hijos de Israel, los
israelitas, dijeron con sus bocas, Acércate tú y oye todas las cosas que diga
Jehová nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te diga, y
nosotros oiremos y haremos, Israel desde su fundación ha sido un pueblo de duro
entendimiento, con su boca proclamaban pero su corazón estaba tras le herencia
de Adam, herencia de muerte, el Rey los envió a tierra de Canaán la cual había
prometido a
Abraham, estas gentes se habían podrido en sus bajas pasiones, dando rienda suelta sus mas malvados instintos, sirviendo a espíritus engañadores, estos son aquellos que fueron derrocados junto a Lucifer, quien antes se llamaba Luz Bella, estos aun son aliados de Lucifer para destruir al Adam que el Rey ama tanto, pero el Adam, desprecia siempre a su Dios y Rey. Dios no puede soportar el pecado en el Adam, el hombre, el Gran Rey da tiempo para que el Adam, disponga su voluntad en vivir una vida agradable, correcta, según sus mandamientos, pero son pocos los que, por decisión propia buscan agradar al Gran Rey, y este no era el caso de las naciones de Canaán, estos hombre, sacrificaban sus hijos a dioses que no son en verdad lo que dicen ser, son espíritu s engañadores que estimulas los sentidos y los malos deseos de sus corazones para que hagan atrocidades delante de la presencia del Único y verdadero Dios Eterno y Todo Poderoso, pero no es decisión del Rey Eterno la destrucción del Adam, Dios da su mandato y la consecuencia al desobedecerle, el hombre siempre decide los que escoge: A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia. Aquellos pueblos de Canaán quemaban a sus hijos vivos, como quien asa un pedazo de bistec en una parrilla para barbacoa, mientras aquellos niños eran quemados en nombre de demonios, espíritus inmundos y engañadores, sus padres hacían fiesta y algarabía, mientras su bebes gritaban en aquel horno de fuego, aquellos hombres habían decidido abrazar la herencia de carne de muerte y no buscar el camino de la vida, habían decidió olvidarse del Dios y Rey soberano quien los creó y seguir sus deseos, siendo impulsados por estos abrieron las puertas a espíritus inmundos, recibiéndoles como sus dioses y haciendo sacrificios humanos para ellos, y entregándose a su más bajas pasiones, el colmo de la transgresión el hedor del pecado en aquellos hombres, llegaba a la presencia del Rey, les había dado más de cuatrocientos años para que se alejaran de los malos caminos de muerte. El Rey Soberado Creador de todo el universo, es paciente y misericordioso, pero su misericordia y paciencia tienen un límite, pero aquellos hombres no quisieron hacerlo, no quisieron dejar de hacer lo malo, por eso Dios el Rey mando a destruir toda estirpe de aquellas naciones, este era el trabajo que haría Israel el Pueblo Santo, sin embargo el pueblo de Israel al llegar a la frontera de estos pueblos, tuvieron temor de ellos, a pesar de las maravillas de mano del Rey que hizo en el transcurso de su peregrinación a la tierra prometida, ellos no confiaron en su
Rey y Salvador, si no que se dejaron llevar por sus sentimientos de cobardía, siendo que el Gran Rey Poderoso, peleaba por ellos, y volvieron su corazón a Egipto, rechazando el Regalo que el Rey Eterno les hacía, pocos fueron los que confiaron en el Rey Creador, por ese motivo el Rey de Israel creador del universo, no les permitió a esa generación entrar en la tierra prometida y les dijo. Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo: No verá hombre alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres, excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová. También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá. Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la hará heredar a Israel. Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán. Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo.
Abraham, estas gentes se habían podrido en sus bajas pasiones, dando rienda suelta sus mas malvados instintos, sirviendo a espíritus engañadores, estos son aquellos que fueron derrocados junto a Lucifer, quien antes se llamaba Luz Bella, estos aun son aliados de Lucifer para destruir al Adam que el Rey ama tanto, pero el Adam, desprecia siempre a su Dios y Rey. Dios no puede soportar el pecado en el Adam, el hombre, el Gran Rey da tiempo para que el Adam, disponga su voluntad en vivir una vida agradable, correcta, según sus mandamientos, pero son pocos los que, por decisión propia buscan agradar al Gran Rey, y este no era el caso de las naciones de Canaán, estos hombre, sacrificaban sus hijos a dioses que no son en verdad lo que dicen ser, son espíritu s engañadores que estimulas los sentidos y los malos deseos de sus corazones para que hagan atrocidades delante de la presencia del Único y verdadero Dios Eterno y Todo Poderoso, pero no es decisión del Rey Eterno la destrucción del Adam, Dios da su mandato y la consecuencia al desobedecerle, el hombre siempre decide los que escoge: A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia. Aquellos pueblos de Canaán quemaban a sus hijos vivos, como quien asa un pedazo de bistec en una parrilla para barbacoa, mientras aquellos niños eran quemados en nombre de demonios, espíritus inmundos y engañadores, sus padres hacían fiesta y algarabía, mientras su bebes gritaban en aquel horno de fuego, aquellos hombres habían decidido abrazar la herencia de carne de muerte y no buscar el camino de la vida, habían decidió olvidarse del Dios y Rey soberano quien los creó y seguir sus deseos, siendo impulsados por estos abrieron las puertas a espíritus inmundos, recibiéndoles como sus dioses y haciendo sacrificios humanos para ellos, y entregándose a su más bajas pasiones, el colmo de la transgresión el hedor del pecado en aquellos hombres, llegaba a la presencia del Rey, les había dado más de cuatrocientos años para que se alejaran de los malos caminos de muerte. El Rey Soberado Creador de todo el universo, es paciente y misericordioso, pero su misericordia y paciencia tienen un límite, pero aquellos hombres no quisieron hacerlo, no quisieron dejar de hacer lo malo, por eso Dios el Rey mando a destruir toda estirpe de aquellas naciones, este era el trabajo que haría Israel el Pueblo Santo, sin embargo el pueblo de Israel al llegar a la frontera de estos pueblos, tuvieron temor de ellos, a pesar de las maravillas de mano del Rey que hizo en el transcurso de su peregrinación a la tierra prometida, ellos no confiaron en su
Rey y Salvador, si no que se dejaron llevar por sus sentimientos de cobardía, siendo que el Gran Rey Poderoso, peleaba por ellos, y volvieron su corazón a Egipto, rechazando el Regalo que el Rey Eterno les hacía, pocos fueron los que confiaron en el Rey Creador, por ese motivo el Rey de Israel creador del universo, no les permitió a esa generación entrar en la tierra prometida y les dijo. Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo: No verá hombre alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres, excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová. También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá. Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la hará heredar a Israel. Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán. Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo.
Moisés tampoco entro en la tierra
prometida a causa del pecado del pueblo de Israel, Moisés peco por enojo,
motivo por el cual no vio entro a la tierra prometida por Dios el Rey Soberano
a Abraham, pero el Rey cumple lo que promete y llevo el remanente con poder por
todo el camino del desierto hasta que murieron todos los que había desobedecido
el mandato del Gran Rey del universo, ellos habían deicidio rechazar a Dios,
mas Dios guardó un remanente de ellos, Moisés llego a la Frontera en el Rio
Jordán y Dios le permitió ver la tierra, mas no entrar en ella, y después de
ceder su lugar y ver la tierra, murió Moisés, como tiene que morir el Adam, por
desobedecer al Rey Glorioso.
Entraron pues los hijos de Israel
a la tierra comandados por Josué general de los Ejércitos de Jehová, la mano
poderosa del Gran Rey les iba entregando las naciones, perversas que hastiaron
al Rey con sus transgresiones, destruyéndolas por completo, Dios hacia
maravillas en medio de este pueblo mientras les entregaba sus tierras la
tierras de Israel, de las que había tomado posición los impíos cananeos.
Jehová es el Rey de Israel, el
los comandaba por medio de Profetas y Jueces, ya tenían posesión de la tierra,
pero no había expulsado a todas las naciones que Dios les mando que destruyesen,
por eso se apartaban de su Rey y
creador, siguiendo los caminos de los hombres de aquellos pueblos que había
quedado en medio de ellos, los israelitas desobedecieron el mandato de Dios, y
siguieron sus propios deseos, olvidándolos mandamientos de su Rey, siguieron
sus propias ideas y deseos, desobedecieron,
motivo por el cual les venía destrucción, cuando se veían en aprietos
clamaba al Gran Rey y ellos libraba de sus enemigos, cuando Israel se veía, en
paz volvían a torcer sus caminos en pos de dioses que no le enseñaron sus
padres, y volvía la tribulación para los hijos de Israel, asi vivían,
transgrediendo y arrepintiéndose, y el Rey soberano les perdonaba, al ver el arremetimiento
genuino de los hombrees de Israel, aunque fuera por corto tiempo. En aquella región,
Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra.
Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y
dos hijos suyos. El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer,
Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de
Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí. Y
murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos, los cuales
tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la
otra, Rut; y habitaron allí unos diez años. Y murieron también los dos, Mahlón
y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.
Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó
en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.
Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y
comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá. Y Noemí dijo a sus dos
nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras
misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo. Os conceda Jehová
que halléis descanso, cada una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas
alzaron su voz y lloraron, y le dijeron: Ciertamente nosotras
iremos contigo a tu pueblo. Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué
habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser
vuestros maridos? Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya
soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche
estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, ¿habíais vosotras de esperarlos
hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No,
hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha
salido contra mí. Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron;
y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella. Y Noemí dijo: He aquí tu
cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella. Respondió
Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú
fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y
tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré
sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará
separación entre nosotras dos. Y viendo Noemí que estaba tan
resuelta a ir con ella, no dijo más. Anduvieron, pues, ellas dos hasta que
llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se
conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?, Tenía Noemí un
pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se
llamaba Booz. Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo,
y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le
respondió: Ve, hija mía. Fue, pues, y llegando, espigó en el
campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de
Booz, el cual era de la familia de Elimelec. Y he aquí que
Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos
respondieron: Jehová te bendiga. Y Booz dijo a su criado el
mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven? Y el
criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que
volvió con Noemí de los campos de Moab; y ha dicho: Te ruego
que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró,
pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un
momento. Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro
campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas. Mira
bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que
no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que
sacan los criados. Ella entonces bajando su rostro se inclinó
a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me
reconozcas, siendo yo extranjera? Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo
lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando
a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que
no conociste antes. Jehová recompense tu obra, y tu
remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas
has venido a refugiarte. Y ella dijo: Señor mío, halle yo
gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al
corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas. Y
Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en
el vinagre. Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y
comió hasta que se sació, y le sobró. Luego se levantó para
espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre
las gavillas, y no la avergoncéis; y dejaréis también caer
para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la
reprendáis. Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y
desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada. Y
lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó
también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo
dio. Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde
has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido.
Y contó ella a su suegra con
quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado
es Booz. Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová,
pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que
han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de
los que pueden redimirnos. Y Rut la moabita dijo: Además de
esto me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi
siega. Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía,
que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo. Estuvo,
pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acabó la siega de
la cebada y la del trigo; y vivía con su suegra. Después le dijo su suegra
Noemí: Hija mía, ¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien? ¿No
es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él
avienta esta noche la parva de las cebadas. Te lavarás, pues,
y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a
conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber. Y
cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta, e irás y descubrirás
sus pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer. Y ella
respondió: Haré todo lo que tú me mandes. Descendió, pues, a
la era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado. Y
cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a
dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió
los pies y se acostó. Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel
hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba acostada a sus pies. Entonces
él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde
de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano. Y
él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera
bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos.
Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la
gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa. Y ahora,
aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más
cercano que yo. Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él
te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré,
vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana. Y después que
durmió a sus pies hasta la mañana, se levantó antes que los hombres pudieran
reconocerse unos a otros; porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era. Después
le dijo: Quítate el manto que traes sobre ti, y tenlo. Y teniéndolo ella, él
midió seis medidas de cebada, y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad. Y
cuando llegó a donde estaba su suegra, ésta le dijo: ¿Qué hay, hija mía? Y le
contó ella todo lo que con aquel varón le había acontecido. Y
dijo: Estas seis medidas de cebada me dio, diciéndome: A fin de que no vayas a
tu suegra con las manos vacías. Entonces Noemí dijo: Espérate,
hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no
descansará hasta que concluya el asunto hoy, Booz subió a la puerta y se sentó
allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo:
Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó. Entonces
él tomó a diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y
ellos se sentaron. Luego dijo al pariente: Noemí, que ha
vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro
hermano Elimelec. Y yo decidí hacértelo saber, y decirte que
la compres en presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi
pueblo. Si tú quieres redimir, redime; y si no quieres redimir, decláramelo
para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti.
Y él respondió: Yo redimiré. Entonces replicó Booz: El mismo
día que compres las tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Rut la
moabita, mujer del difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su
posesión. Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí,
no sea que dañe mi heredad. Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré
redimir. Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel tocante a la
redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno
se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en
Israel. Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y se
quitó el zapato. Y Booz dijo a los ancianos y a todo el
pueblo: Vosotros sois testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo
lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón. Y
que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar
el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se
borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos
hoy. Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta
con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa
como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas
ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén. Y sea tu casa
como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que
de esa joven te dé Jehová. Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se
llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. Y
las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy
pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será
restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha
dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. Y
tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya. Y
le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo
llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David. Estas
son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón, Hezrón
engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a
Naasón, y Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró a Booz, y
Booz engendró a Obed, Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a
David.
Maravillas los designios del Gran
Rey del universo, una mujer no israelita con un hijo de Israel, al unión de los
hijos de Adam por igual, los hijos de Israel, querían ser igual a las demás
naciones, teniendo al Rey de los reyes como su Señor y soberano pidieron rey de
los hijos de Adam, Dios Rey Soberano, cedió el lugar a los reyes hijos de
hombres, para los Hijo s de Israel quienes no se cansaban en hacer lo malo ante
la presencia del Altísimo y soberano Rey, a pesar de la aflicción, a pasar de
las maravillas que el Rey hacia en medio de ellos, transgredían igual, la
voluntad del hombre siempre siguiendo lo malo, la herencia de muerte heredada
por Adam a su prole, los hombres deciden
su destino, a sabiendas que son eternos, no su carne, pero si, el hombre es
eterno como su Creador por eso lo hizo a
su imagen y a su semejanza, pero el
hombre prefiere la muerte eterna, separación de Dios para siempre del Adam, que
obedecer a su Creador, Dios les dio rey a los hijo de Jacob, Saul fue el primer
Rey, Fares engendró a Hezrón, Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a
Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón, Salmón
engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, Obed engendró a Isaí, e Isaí
engendró a David el segundo rey hombre de Israel, Solomon el Sabio, tercer rey
de Israel. después de la muerte de Salomón
y a excepción de Judá
y Benjamín,
todas las tribus de Israel (llamadas las diez tribus del
norte) se negaron a aceptar a Roboam, el hijo y sucesor de Salomón, como su rey. La rebelión
contra Roboam surgió después de que él se negara a aligerar la carga de los
impuestos y servicios que su padre había impuesto a sus súbditos y aun les agrego más carga, Jeroboam,
que no era de la descendencia de David,
fue enviado a Egipto
por los descontentos. La tribu de Efraín,
y todo Israel levantó el grito de edad, "Cada uno a sus tiendas, oh
Israel". Roboam huyó a Jerusalén,
Jeroboam fue proclamado rey sobre todo Israel en Siquem. Después
de la revuelta en Siquem al principio sólo la tribu de Judá permaneció fiel a
la casa de David. Poco después la tribu de Benjamín se unió a Judá. El reino
del norte siguió siendo llamado Reino de Israel, o Israel, mientras que el reino
del sur fue llamado Reino de Judá, es de acá de donde nacen los llamados Judíos,
Aunque David y Salomo los reyes, fueron fieles a Dios, hubo momentos de
angustia porque en algunas ocasiones transgredieron los mandamientos de Dios,
pero mientras estos dos reyes reinaron, Israel servía al Dios verdadero, pero
cuando el reino fue dividido, cada cual hacía lo que quería, olvidando, añadiendo y quitando a conveniencia de los mandatos de
Dios, transgredieron nuevamente. El hombre nuevamente prefería seguir el camino
de muerte, herencia de Adam que seguir el camino de vida, mandatos del Rey
soberano.
Doscientos años han transcurrido, el reino del norte el reino de
Israel, es conquistado, no hicieron caso a las advertencias de su Creador, le
dieron la espalda le dejaron, le abandonaron, un pueblo llamado los Asirios se
llevaron diez tribus como esclavos a su nación, solo quedaron la tribu de Judá
en Jerusalén y la tribu de Benjamín, el reino del sur, del reino del norte no
se supo más, el Gran Rey seguir instruyendo al reino del sur, pero sus reyes no
escuchaban la voz de Jehová su Dios, por
eso el Rey Soberano expulsó a los hijos de Israel de su tierra, pero les dio
esperanza de que un día se acordaría de ellos y los regresaría a su tierra,
cuando su corazón dejara de ser de piedra y se volvieran a Él, el los recogería
de entre las naciones en donde estuvieran, el prometido vendría y afirmaría el
reino de David, pero deben reconocer nuevamente a su Creador su Elohim y seguir
sus mandamientos. Todo Israel ha sido llevado esclavo a las naciones, Dios le
dijo a uno de los profetas de Israel llamado Daniel mientras oraba o platicaba
con su Rey Soberano, Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el
pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por
el monte santo de mi Dios; aún estaba hablando en oración,
cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando
con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde. Y
me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte
sabiduría y entendimiento. Al principio de tus ruegos fue dada
la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende,
pues, la orden, y entiende la visión. Setenta semanas están
determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la
prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la
justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los
santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar
y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta
y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.
Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al
Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la
ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la
guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con
muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después
con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la
consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador. Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río,
el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los
siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe
la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas. Una voz clama: Preparad en el desierto camino al SEÑOR; allanad en
la soledad calzada para nuestro Dios.
El prometido a
Adam, el ungido, el Santo de los santos,
era anunciado constátenmele por los profetas del Gran Rey soberano, Lucifer usaba
toda artimaña para evitar que el Mesías el ungido, el prometido viniera, a toda
costa pues éste es el que le va a dar en la cabeza y le va a quitar el reino,
por eso utilizo el corazón de los hombres para tergiversar la idea de lo que el
Rey Soberano es capaz de hacer por su Creación, interponiendo ideas de hombre,
ante lo que Dios había dicho con respecto al prometido, introdujo en el corazón
del hombre tanto invento, tanta idea de voluntad humana que algunos de los
hijos de Israel concluyeron que el prometido iba a ser hijo de Adam, y que este
les iba a dar el domino de todas las naciones por la fuerza humana, pero el rey
les dice: No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu--dice
el SEÑOR de los ejércitos, no no entendieron y el Rey soberano hizo silencio y no
hablo por un tiempo a los hijos de Jacob, Lucifer temblaba y creía que ya había
ganado a todos los hijos de Adam, la herencia de muerte, Adam había alcanzado y consumido a la humanidad
por completo, pero la incertidumbre le carcomía, pues el Rey del universo
Estaba callado, estaba en silencio.
Muchos días después, En aquellos
días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y
diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues
éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama
en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero
alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre, Y salía a
él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y
eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados, Yo a la
verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo
calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en
Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y
recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se
apagará, ntonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por
él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado
por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja
ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y
Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le
fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía
sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en
quien tengo complacencia.
Muchos de los hijos de Israel le
recibieron como el prometido, como el ungido, pero no todos, Lucifer al
enterarse de esto dijo: Este si es, es te es, mi hora llego, pero tiene cuerpo
de hombre y tiene carne, lleva la herencia en de muerte su ser, la herencia de
Adam la que adquirió por mi voluntad en el huerto del Edén, también es un
hombre y lo puedo destruir. Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al
desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta
días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si
eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y
dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le
puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate
abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, m En sus
manos te sostendrán Para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo:
Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo
a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de
ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.
Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios
adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y
he aquí vinieron ángeles y le servían.
Lucifer no tuvo oportunidad con
Jesús, que en su idioma original es Yah´shua o Ye´shua, que significa YHVW
Salva, y YHVH es traducido como Jehová, el Rey y creador de todo el Universo y
de los hombre. Lucifer no tuvo oportunidad con Jesús, y se decía, porque si es
un hombre, lleva la semilla de Adam en si, mis aliados me han dicho que Él es
el prometido, que se lo han dicho públicamente, pero porque no puedo usarlo
como los otros hombres, yo lo he tentado en todo como a los otros pero
no puedo contra Él por qué, era la incógnita de Lucifer, luego se entero que
los gobernantes de Israel odiaban a Jesus por lo que Él se decía ser y por lo
que se decía de Él. Oíd ahora, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los
hombres, que también cansaréis a mi Dios? Por tanto, el Señor
mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y
le pondrá por nombre Emmanuel, Porque antes que el niño
sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú
temes será abandonada. Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado,
y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Estos hombre
vieron como algo abominable que a Jesús se le comparación el prometido y a
demás que se hiciera hijo del Dios
Altísimo, Dios mismo en la Tierra, era algo inconcebible para ellos, Dios hecho
hombre imposible dicen ellos, mas el rey les dice: Y el SEÑOR dijo a
Abraham: ¿Por qué se rió Sara, diciendo: ``¿Concebiré en verdad siendo yo tan
vieja?; ¿Hay algo demasiado difícil para el SEÑOR?; He aquí, yo soy el Señor,
el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para mí?, mas no entienden y
dijeron matémoslo porque es abominable ante nuestra presencia. Lucifer escuchó
aquel dicho y como es oportunista y aprovechado, uso aquel momento para entrar
en los corazones de los hijos de Israel que odiaban a aquel Jesús que solo les
predica verdad y hacia maravillas en medio de ellos, de aquí soy dijo Lucifer y
planeó la muerte de Jesús el Cristo, usando a aquellos hombres de corazón vano
creyendo saber más que su creador se negaron la oportunidad de recibir a
Jesucristo. Los pobladores contaban del
nacimiento de aquel Judio, llamado Jesús.
Hubo en los días de Herodes, rey
de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de
las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y
andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero
no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.
Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden
de su clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer
el incienso, entrando en el santuario del Señor. Y toda la
multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso. Y
se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del
incienso. Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor.
Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu
mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y
tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será
grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu
Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de
los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él
con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los
padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para
preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. Dijo Zacarías al
ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad
avanzada. Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que
estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas
nuevas. Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día
en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se
cumplirán a su tiempo. Y el pueblo estaba esperando a
Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario. Pero
cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el
santuario. Él les hablaba por señas, y permaneció mudo. Y
cumplidos los días de su ministerio, se fue a su casa. Después
de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se recluyó en casa por cinco
meses, diciendo: Así ha hecho conmigo el Señor en los días en
que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres. Al sexto mes
el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y
el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde
ella estaba, dijo: !!Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú
entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus
palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el
ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y
ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre
JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y
el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará
sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces
María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 5 Respondiendo
el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será
llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella
también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que
llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: He
aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se
fue de su presencia. En aquellos días, levantándose María, fue
de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá; y entró en casa de Zacarías, y
saludó a Elisabet. Y aconteció que cuando oyó Elisabet la
salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del
Espíritu Santo, y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre
las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿Por qué se me
concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque
tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de
alegría en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó, porque
se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. Entonces
María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi
espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la
bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas
las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el
Poderoso; Santo es su nombre, Y su misericordia es de
generación en generación A los que le temen. Hizo proezas con su brazo;Esparció
a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los
poderosos, Y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de
bienes,
Y a los ricos envió vacíos. Socorrió a Israel su siervo, Acordándose de la misericordia De la cual habló a nuestros padres, Para con Abraham y su descendencia para siempre. Y se quedó María con ella como tres meses; después se volvió a su casa. El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS,[a] porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emanuel, m que traducido es: Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado. Pero José y María no consumaron el matrimonio hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS. Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: !!Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho. Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará[a] a mi pueblo Israel. Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo, Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos. Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron. Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño. Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea, y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.
Y a los ricos envió vacíos. Socorrió a Israel su siervo, Acordándose de la misericordia De la cual habló a nuestros padres, Para con Abraham y su descendencia para siempre. Y se quedó María con ella como tres meses; después se volvió a su casa. El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS,[a] porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emanuel, m que traducido es: Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado. Pero José y María no consumaron el matrimonio hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS. Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: !!Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho. Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará[a] a mi pueblo Israel. Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo, Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos. Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron. Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño. Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea, y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.
Los gobernadores de aquella
región se enfurecían que Jesús fuera relacionado a las precias dadas por el
Gran Rey por medio de sus profeta antiguos, y aun mas, que cobrara tanta fama y fura proclamado por algunos como
el prometido, como el Mesías, por eso con más intención procuraban matarle,
pero como Jesús es Santo y sin, tentado en todo pero sin pecado y hacia grandes
Milagros y prodigios en medio de ellos, no hallaban como perderle, pero eso procuraban cualquier ocasión, Lucifer había
cegado sus mentes su ojos y su entendimiento como a Adam en el jardín de Edén,
no percibían a quien tenían frente a sus
narices. para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:
Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció. Anda, y dile a este pueblo: “Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, pero no comprendáis.” Embota el corazón de este pueblo, endurece sus oídos y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos ni oiga con sus oídos ni su corazón entienda, ni se convierta y haya para él sanidad. Esto mismo les pasó a aquellos sabios gobernantes, Lucifer aprovechaba la débil y sucia conciencia y voluntad de aquellos hombres y sembraba en ellos maneras como matarle, tanto que hago se decía Lucifer, para destruir a Jesús, uso a su propia gente y no lo logro, que tiene este Adam que no puedo hacer germinar mi semilla en Él, siendo que no mas es un hombre como todos, Lucifer estaba ciego y tampoco entendía como los gobernadores de Israel, Adam transmitió su herencia de muerte a sus hijos varones y de hijo ha hijo, varon.
Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció. Anda, y dile a este pueblo: “Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, pero no comprendáis.” Embota el corazón de este pueblo, endurece sus oídos y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos ni oiga con sus oídos ni su corazón entienda, ni se convierta y haya para él sanidad. Esto mismo les pasó a aquellos sabios gobernantes, Lucifer aprovechaba la débil y sucia conciencia y voluntad de aquellos hombres y sembraba en ellos maneras como matarle, tanto que hago se decía Lucifer, para destruir a Jesús, uso a su propia gente y no lo logro, que tiene este Adam que no puedo hacer germinar mi semilla en Él, siendo que no mas es un hombre como todos, Lucifer estaba ciego y tampoco entendía como los gobernadores de Israel, Adam transmitió su herencia de muerte a sus hijos varones y de hijo ha hijo, varon.
Pero
la maravilla del Gran rey Creador, por medio de aquel Jesús llamaba a la
humanidad y les decía. Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y
yo os haré descansar. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es
condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el
nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al
mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran
malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a
la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la
verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y
cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. Y lo que
vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. El que recibe su
testimonio, éste atestigua que Dios es veraz. Porque el que Dios envió,
las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. El Padre
ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano. El que cree en el
Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida,
sino que la ira de Dios está sobre él. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Yo soy la puerta; el que
por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. Entrad por
la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva
a perdición y muchos son los que entran por ella. Y alguien le dijo: Señor,
¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la
puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y
estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos,
él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir:
Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. Pero
os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros,
hacedores de maldad. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene,
nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Mas os he dicho,
que aunque me habéis visto, no creéis. Todo lo que el Padre me da, vendrá
a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no
para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la
voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada,
sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha
enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo
le resucitaré en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la
vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y
cree en mí, no morirá eternamente. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre,
y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y
no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo,
pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el
Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,
sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy
en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
Estas
palabras uso Jesús para referirse de si mismo, sin lugar a duda Jesús era el
prometido a Adam el Mesías de Israel y el salvador de la humanidad, pero eso no
era todo, de Jesus también dijo: A lo
suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos
de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de
carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
El
Rey creador de Adam y de todo el universo, y de toda carne, Dios de Abraham, de
Isaac y de Israel, por medio de Jesucristo, ofrece adopción, para volver a ser
llamados hijos, aquellos que quieran y sigan la voluntad del padre, pueden ser
llamados hijos del Gran Rey, El gran Rey adoptó a Adam como su hijo, pues Dios
lo creó, Dios llamo a Israel como su hijo primogénito, José esposo de María
adopto a Jesucristo como su hijo, por lo tanto heredero del trono de Israel
según su genealogía, Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo
de Abraham. Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a
sus hermanos. Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a
Aram. Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón.
Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a
Isaí. Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la
que fue mujer de Urías. Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y
Abías a Asa. Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. Uzías
engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías. Ezequías engendró a
Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías. Josías engendró a Jeconías y a
sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia. Después de la
deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel.
Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor.
Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud. Eliud engendró
a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José,
marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo. De manera que todas
las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la
deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta
Cristo, catorce. Y Jesús fue concebido por el poder del Dios de Israel en el
vientre de María, y Jesus es nuestra adopción al Gran Rey como en el principio de Adam. los
gobernantes no aceptaban esto, no podian concebir esto, para ellos es una
aberración y que el Dios de Israel no puede hacer tal cosa. Iria en contra de
sus propios madamientos, pero el Gran rey les dice: Porque mis pensamientos no
son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como
son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Pero no entendiendo,
siguieron en su decisión en destruir a us enemigo que predicaba la verdad y el
camino a la vida por lo que dijeron matemos a Jesús de Nazaret.
Jesús
comenzó a alertar a sus discípulos que le era necesario morir, Desde entonces
Jesucristo comenzó a declarar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y
sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y
de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día,, para que se cumpla
la profecía del profeta Daniel, porque el era aquel cordero que había sido
prometido desde la fundación del mundo, Él era el prometido a Adam y Él era el Mesías
de Israel, peo le era necesario padecer porque Él no había venido solo por
Israel como ellos creen el vino a unir a todo los hijo s de Adam, el vino a
salvar a todos lo hombres en el mundo todo aquel que crea en él será salvo y tendrá
la vida eterna, todo aquel que crea que él es el único camino a la vida y al
padre este recibirá la corona de la vida, Jesús dijo: Si os he dicho cosas
terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Nadie
subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está
en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es
necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna, Entonces, por esta causa, los judíos
aún más procuraban matarle, porque no sólo violaba el día de reposo, sino que
también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios. Pero Jesus
dijo: Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que
haces esto? Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo
levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este
templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su
cuerpo. Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su
nombre, viendo las señales que hacía., Jesus le dijo a sus dicipulos, No se
turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi
Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a
preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré
otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también
estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
Pero
la maldad de los hombre pudo más que su cordura, Cuando hubo acabado Jesús
todas estas palabras, dijo a sus discípulos: Sabéis que dentro de dos días se
celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado. Entonces
los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se
reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, y tuvieron
consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle. Pero decían: No durante la
fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo. Y estando Jesús en Betania,
en casa de Simón el leproso, vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de
perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a
la mesa. Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este
desperdicio? Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a
los pobres. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta
mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con
vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Porque al derramar este perfume
sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. ntonces uno
de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y
les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron
treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba oportunidad para
entregarle. Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los
Olivos. Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí
esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño
serán dispersadas. Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a
Galilea. Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti,
yo nunca me escandalizaré. Jesús le dijo: De cierto te digo que esta
noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo: Aunque
me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo
mismo. Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo
a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a
Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en
gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la
muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró
sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta
copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Vino luego a sus discípulos, y
los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo
una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a
la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Otra vez fue, y oró por
segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo
la beba, hágase tu voluntad. Vino otra vez y los halló durmiendo, porque
los ojos de ellos estaban cargados de sueño. Y dejándolos, se fue de
nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. Entonces vino a sus
discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el
Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos; ved, se
acerca el que me entrega. Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los
doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales
sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba les había dado
señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Y en seguida se acercó a
Jesús y dijo: !!Salve, Maestro! Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué
vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. Pero
uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e
hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. Entonces Jesús le
dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada
perecerán. ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me
daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las
Escrituras, de que es necesario que así se haga? En aquella hora dijo Jesús a
la gente: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para
prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me
prendisteis. Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de
los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron. Los que
prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban
reunidos los escribas y los ancianos. Mas Pedro le seguía de lejos hasta el
patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el
fin. Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio,
buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, y no
lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron
dos testigos falsos, que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de
Dios, y en tres días reedificarlo. Y levantándose el sumo sacerdote, le
dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? Mas Jesús
callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente,
que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has
dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la
diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. Entonces el
sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: !!Ha blasfemado! ¿Qué más
necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. ¿Qué
os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: !!Es reo de muerte! Entonces le
escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban, diciendo:
Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó. Pedro estaba sentado fuera en
el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el
galileo. Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices. Saliendo
él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba
con Jesús el nazareno. Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al
hombre. Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro:
Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te
descubre. Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en
seguida cantó el gallo. Entonces Pedro se acordó de las palabras de
Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y
saliendo fuera, lloró amargamente.
Venida la mañana, todos los
principales sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra
Jesús, para entregarle a muerte. Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio
Pilato, el gobernador. Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que
era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los
principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando
sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? !!Allá tú! Y
arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. Los
principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas
en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Y después de
consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los
extranjeros. Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de
sangre. Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron
las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los
hijos de Israel; y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el
Señor. Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y
éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú
lo dices. Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos,
nada respondió. Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican
contra ti? Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el
gobernador se maravillaba mucho. Ahora bien, en el día de la fiesta
acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. Y
tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. Reunidos,
pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a
Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia le
habían entregado. Y estando él sentado en el tribunal, su
mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he
padecido mucho en sueños por causa de él. Pero los principales sacerdotes y los
ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese
muerto. Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los
dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. Pilato
les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: !!Sea
crucificado! Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos
gritaban aún más, diciendo: !!Sea crucificado! Viendo Pilato
que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las
manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo;
allá vosotros. Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre
nosotros, y sobre nuestros hijos. Entonces les soltó a
Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado. Entonces
los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor
de él a toda la compañía; y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata,
y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una
caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían,
diciendo: !!Salve, Rey de los judíos! Y escupiéndole, tomaban la caña y le
golpeaban en la cabeza. Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto,
le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle. Cuando salían,
hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que
llevase la cruz. Y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa:
Lugar de la Calavera, le dieron a beber vinagre mezclado con
hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo. Cuando le hubieron crucificado,
repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo
dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron
suertes. Y sentados le guardaban allí. Y pusieron sobre su
cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. Entonces
crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda. Y
los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, y diciendo: Tú que derribas
el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de
Dios, desciende de la cruz. De esta manera también los principales sacerdotes,
escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: A
otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda
ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si le
quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. Lo mismo le injuriaban también los
ladrones que estaban crucificados con él. Y desde la hora
sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la
hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto
es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Algunos de los que estaban
allí decían, al oírlo: A Elías llama éste. Y al instante, corriendo uno de
ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le
dio a beber. Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle. Mas
Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Satanas se
regocijaba, crei que había por fin vencido, el Adam y el mundo era todo suyo,
saltaba con gritos de alegría pues había logrado hacer a que mataran al prometido
a Adam, y Eva, el Mesías prometido a Israel. Y al entregar el espíritu Jesús, he aquí, el
velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las
rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos
cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los
sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y
aparecieron a muchos. El centurión, y los que estaban con él
guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas,
temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios. Estaban
allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde
Galilea, sirviéndole, entre las cuales estaban María Magdalena,
María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. Cuando
llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también
había sido discípulo de Jesús. Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús.
Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, lo
envolvió en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo, que había
labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del
sepulcro, se fue. Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas
delante del sepulcro. Al día siguiente, que es después de la
preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante
Pilato, diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún:
Después de tres días resucitaré. Manda, pues, que se asegure
el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y
lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer
error peor que el primero. Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id,
aseguradlo como sabéis. Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro,
sellando la piedra y poniendo la guardia. Pasado el día de reposo,[a] al amanecer del primer día de la semana,
vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran
terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando,
removió la piedra, y se sentó sobre ella. u aspecto era como un relámpago, y su
vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se
quedaron como muertos. Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No
temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No
está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto
el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha
resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le
veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con
temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y
mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí,
Jesús les salió al encuentro, diciendo: !!Salve! Y ellas, acercándose,
abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No
temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me
verán. Mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia fueron
a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que
habían acontecido. Y reunidos con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho
dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de
noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. Y si esto lo oyere el
gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo. Y
ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se
ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy. Pero los
once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y
cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les
habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Someteos pues á Dios; resistid al
diablo, y de vosotros huirá. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para
que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo. Sé
fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Al que venciere, daré á comer del
árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios El que venciere, no recibirá daño de
la muerte segunda Al que venciere,
daré á comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la
piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo
recibe. Y al que hubiere vencido, y hubiere
guardado mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las gentes; 27-Y las
regirá con vara de hierro, y serán quebrantados como vaso de alfarero, como
también yo he recibido de mi Padre: 28- Y le daré la estrella de la mañana. El que venciere, será vestido de
vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su
nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y
nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre
de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con
mi Dios, y mi nombre nuevo Al que
venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he
vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
Lucifer nuevamente se quedo burlado.
El prometido el mesias vino, Adam tiene la oportunidad que esperaba, Israel tiene la oportunidad que esperaba.
Lucifer nuevamente se quedo burlado.
El prometido el mesias vino, Adam tiene la oportunidad que esperaba, Israel tiene la oportunidad que esperaba.
Jesús ya venció la herencia de muerte, y a
Lucifer quien solo espera su condena en el lago de fuego con todo aquellos que decidieron,
no obedecer ni amar al Gran Rey, sin embargo sigue sus propios deseos y
debilitan su voluntad ante satanás.
Juan el discípulo amado dijo: Vi
un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra
pasaron, y el mar ya no existía más. vi la santa ciudad, la
nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa
ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que
decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y
ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará
Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más
llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y
el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las
cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me
dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que
tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El
que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Vino
entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las
siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la
desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y
alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo,
de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra
preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. Tenía un muro
grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres
inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; al oriente
tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres
puertas. Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre
ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. El que hablaba
conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su
muro. La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud
es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la
longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. Y midió
su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de
ángel. El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era
de oro puro, semejante al vidrio limpio; y los cimientos del muro de la ciudad
estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el
segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el
sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio;
el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. Las
doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la
calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio. Y no vi en ella
templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La
ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria
de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Y las
naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la
tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus puertas nunca serán cerradas de
día, pues allí no habrá noche. Y llevarán la gloria y la honra
de las naciones a ella. No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace
abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la
vida del Cordero.
Adam que lees hasta este punto,
tu, si tu, tu eres el Adam que Jesús está buscando, Jesús es aquel prometido
que vendría y heriría la cabeza a la serpiente, Jesús el es Rey de Israel el
medias prometido a Israel en quien
serian benditas todas las familias de la tierra. No esperes mas el tiempo es
corto, la herencia de muerte aun esta en tus genes, pero si dejas que El Espíritu
Santo de Jesús te regenere, encontrar el camino de vida de vuelta a casa, no
hay otro método para llegar al Gran Rey, solo Jesús nos muestra el camino de la
vida en su palabra la Biblia.
Tu eres ese Adam que esperaba por
su redentor, Dios Rey Soberano, vino a este mundo, porque no había hombre
alguno que cumpliera con su voluntad, pues la voluntad del hombre fue cambiada
aquel día que Adam comió del fruto prohibido, la voluntad del hombre desde allí
es manipulable por Lucifer, quien tiene poco tiempo para destruir al restante
de la descendencia de Adam, solo Jesús
puede libarte del enemigo de tu alma, solo Jesús ofrece la adopción para
se llamados hijos del Gran Rey Dios creador de todo el universo, tu eres ese
Adam por el cual murió Jesucristo.
El pueblo de Israel ya tienen una
patria y ya está volviendo a su tierra prometida, las dispersión ha terminado,
un tiempo de angustia viene, para Israel, los que no son israelitas están llegando a su plenitud, Jesús prometió librar a todos
aquellos que lo recibieran de la angustia que viene para Jacob.
Hoy, en este momento es tu oportunidad, como al principio y en el
transcurso de tal la era del hombre en la tierra, el el hombre el que decide,
amar y obedecer, aceptar, o rechazar a tu Gran Rey soberano, es tuya la decisión,
pero el Rey ya dio la sentencia para los que le desobedezcan y le den la
espalda, MUERTE ETERNA, ESCAPA POR TU VIDA.
Adam te dejó una herencia de
muerte, por desobediente.
YESHUA TE DA LA VIDA, ES EL CAMINO DE LA VIDA Y ALA VIDA
YESHUA EL ES REY SOBERANO CREADOR DEL UNIVERSO.
YESHUA TE DA LA VIDA, ES EL CAMINO DE LA VIDA Y ALA VIDA
YESHUA EL ES REY SOBERANO CREADOR DEL UNIVERSO.
Si deseas seguir el camino a la vida y disfrutar de las promesas del
Gran Rey soberano, recibe a Jesús en tu corazón y acéptale, sigue esta oración:
Señor Jesús En este momento reconozco
que soy pecador y que te he fallado pero creo que Cristo murió por mi y que su
sangre preciosa me limpia de todo mi pecado. Por fe, en este momento te recibo
en mi corazón como mi único y suficiente salvador personal confiado que tu me
darás la salvación de mi alma. Ayúdame Señor a hacer tu voluntad cada día. Te
pido que escribas mi nombre en el libro de la vida para cuando tu me llames yo
pueda responder, Te doy gracias en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amen Gloria a Dios.
Consigue una Biblia Reina Valera 1960 o de las Américas y estudia este manual de vida y pide al Espíritu de Dios que te guie a toda Verdad, busca una congregación llamada Iglesia de sana doctrina y congrégate.
Esta historia no ha llegado a su
fin, aunque ahora ya sabes el final y tú decides tú final porque tu ere un, Adam,
que necesitas de ese prometido de la simiente de la Mujer.
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