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ADAM HERENCIA DE MUERTE Y UN CAMINO DE VIDA


En el principio el Único Rey soberano, Único Artífice Magnifico, creo los cielos y la tierra, creo su reino.

Muchos pero muchísimos años antes,  en el principio,  habitaba en aquel reino un ser especial un ser maravilloso, el más hermoso ser que pudiera haber sido creado. Este ser no era como Adam y habitaba en un reino de piedras presionas, el rubí, el topacio y el diamante, el berilo, el ónice y el jaspe, el zafiro, la turquesa y la esmeralda; y el oro, se paseaba en medio de las piedras de fuego, este ser era llamado Luz Bella, En Edén, en el huerto del Rey Soberano estaba,  él era el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura,  tenía muchos súbditos  a su servicio, Luz Bella era diestro empresario, hacia transacciones con otros seres, Luz Bella era muy poderoso, y reverenciado, pero su corazón que había sido creado perfecto, un día fue movido por la voluntad de su deseo, y poco a poco aquel perfecto corazón se fue transformado en un necio y avaro corazón, cuando Luz Bella se vio así mismo elogiado y engrandecido a causa de la multitud de sus contrataciones fue lleno de iniquidad, su corazón se  enalteció, a causa de su hermosura, corrompió su sabiduría a causa de su esplendor, con la multitud de sus maldades y con la iniquidad de sus contrataciones profanó su santuario, y decía en su corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas del Rey, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo, Luz Bella Planeó una rebelión en contra del Soberano Rey, su creador, en su afán, logro convencer a muchos de sus súbditos, pervirtió su voluntad en contra de aquel que le amaba, quien la había dado todo, quien solamente le había solicitado obediencia, El Rey estaba al tanto de toda esta rebelión, pero este ser tenia voluntad propia, era  decisión del Luz Bella, el desistir o continuar con su malvado plan, el Rey esperaba que aquella criatura que había elaborado, desistiera, sin embargo Luz Bella estaba decidido, su voluntad fue declararle la guerra a su Rey. El Rey no podía intervenir en la decisión pues el Rey a todos por igual les da la libre decisión, de amarle o rechazarle; Luz Bella ya había tomado una decisión y elegido su destino, tomo sus legiones y subió a la guerra, ya no era Luz Bella, si no que, como un gran dragón escarlata, subió al cielo, y su cola que arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, , esas estrellas  fueron sus aliados, se libraba una gran batalla en el cielo: Los emisarios del Rey, seres maravillosos fueron enviados a la gran batalla, el príncipe Miguel y sus tropas, luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus tropas aliadas; pero no prevalecieron el dragón y sus tropas, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo del Gran Rey, el Príncipe Miguel y sus tropas prevalecieron en aquella cruenta batalla, se escucho un clamor y dijo, tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo, Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán, !!Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones, Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad, A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte del Soberano Rey, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector, Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra, Y Luz Bella fue lanzado fuera, el gran dragón, la serpiente antigua, que ahora se llama diablo y Satanás, Lucifer, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus tropas fueron arrojados con él. Y se les dijo: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus seguidores


Luz Bella que ahora se llama Diablo y Satanás y Lucifer, había sido derrocado al abismo privado de aquel maravilloso reino en donde había sido colocado por el Rey Soberado, el Príncipe Miguel y sus tropas lo habían arrojado a  tierra, pero cuando Lucifer fue arrojado a  tierra produjo un cataclismo universal, y causo que el planeta de nombre,  tierra, quedara desordenada y vacía y Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu del Soberano Rey  se movía sobre la faz de las aguas, Y dijo: Sea la luz; y fue la luz. Y vio que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó  a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Luego dijo: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó  a la expansión Cielos y Dijo también el soberano Rey: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y así sucedió, las aguas se juntaron en un lugar y apareció lo seco sin agua y  llamó a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares, y vio que era bueno, Después dijo: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así, brotó la hierba de la tierra y los árboles,  de la nada brotaron, solo por el mandato y la palabra del Soberano Rey, Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio que era bueno, Dijo luego: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,  y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio  que era bueno. Dijo: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó  los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio que era bueno, todo brotó de la nada, solo por el mandato y la palabra del Soberano Rey  Y el Soberano Rey los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Luego dijo: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio  que era bueno. Entonces dijo El soberano Rey: Hagamos a Adam a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó El Rey a Adam a su imagen, a imagen del Soberano lo creó.

El amanecer de un nuevo día, una nueva era nacía, todo era nuevo, Luz radiante llenaba el mundo entero, el primer suspiro, con una bocanada de aire puro y sin macula, llenaron los pulmones de Adam, todo  era perfecto, todo estaba bien, Adam como niño, iba aprendiendo del mejor maestro que pudiera existir, no había otro como el maestro de Adam, el maestro de Adam era, escultor, inventor, creador, todo un artífice de belleza sin igual, artífice de perfección, no hay nadie como él en el reino, Él es el dueño del reino, Él es el Rey  soberano del reino, dueño de todo el universo, Adam no se podía sentir más feliz, crecía en sabiduría e inteligencia, clases impartidas por el mismo Rey Soberano, Él era como un padre para Adam.  Y plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al Adam que había formado del polvo de la tierra,   e hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal para que lo labrara y lo guardase. Y mandó a Adam, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás;  Adam entendió el mandato, sabía los privilegios que tenia con su creador quien lo guardaba como a un hijo, privilegios que podría perder si desobedecía, mas no comprendió muy bien que significaba morir, sin embargo se propuso a cumplir y obedecer a su creador, con el mandato que se le había dado.

Adam cada día aprendía más y más, los días transcurrían hasta que Adam llegó a la plenitud de su aprendizaje, se graduó como Dr. Ing. Agrónomo y Medico Veterinario, quien como Adam para cuidar del reino de su padre su creador, El padre y creador de Adam le dio encargo de todo lo que estaba a su vista y a su alcance, los animales venían a donde Adam estaba, el creador de todo y de Adam los enviaba hacia Adam y Adam les ponía nombres, los animales comentaban entre ellos las habilidades de su doctor Adam, todos estaban felices, también comentaban los nombres que se les había dado, pues estaban conformes con éstos, los  animales desposados se paseaban en todas partes, se hacían caricias, sonreían, y jugueteaban por todo aquel maravilloso jardín, Adam era sumamente feliz cuidando de todo aquel reino, disfrutaba haciéndolo, pero Adam buscaba a alguien como él, en cada viaje que hacía, efectuaba una investigación, preguntaba a todos los animales que estaban desposados, si había alguien como él, para tener una pareja como ellos, ellos dijeron no, no hemos visto a nadie como tú, pero también haremos nuestra propia investigación y te contaremos.


No se hallo a nadie de la misma especie para Adam en todo aquel reino, el Creador vio que Adam era feliz y disfrutaba lo que hacía, pero Adam no encontraba su hembra su mujer,  como todos los varones en aquel reino, todos los machos, (varón), tenían su hembra, (mujer) como pareja, sin embargo Adam estaba solo, entonces el padre de Adam, siendo un artífice de belleza, elaboró una hembra para Adam, la elaboro del lado del corazón de Adam,  Adam entro en profundo sueño y mientras dormía el creador sacó una costilla de Adam y de esa costilla, fabricó un mujer y le trajo a su mujer, su hembra a Adam y la coloco a su lado y dijo tu serás ayuda muy útil para mi  Adam, y la recostó al lado junto al corazón de Adam de lado que había sido tomada. Adam despertó y su gran sorpresa, una mujer estaba a su lado. Adam estaba Maravillado.
Te estuve buscando por todos lados, le dijo a la mujer, y no te encontraba, ¿cómo fue que llegaste a donde mi?, ¿Acaso fueron mis amigos que te dijeron que yo te buscaba?

No, respondió la mujer, tu padre me construyó para ti y me trajo a ti mientras dormías, me dijo que te vio solo y buscándome, por eso me hizo de ti y para ti y me trajo  a ti mientras tu dormías profundamente.

¡Entonces tu eres carne de mi carene y hueso de mi hueso! Exclamo Adam maravillado. Y amó Adam a su mujer, su hembra, y vivían felices en el jardín que el Padre les había dado, para habitar y cuidar, cuidando de aquel perfecto reino, no se podía pedir más, todo era maravilloso, todo era perfecto, el padre no obligo a su hijo a cumplir su mandamiento, el hombre tenía la libre elección, obedecer o no, al igual que su mujer, al igual que Luz Bella, Adam usaba su voluntad para amar a su creador o rechazarle, El Rey Soberano había creado a Adam con libre decisión, libre elección, Adam tomaba decisiones voluntarias y lo que había aprendido de su creador lo enseñaba a su mujer.  El Rey hizo  a Adam a su imagen, a imagen del Él lo creó; Varón y hembra los creó. Y cuando trajo la mujer a Adam, los bendijo el Padre, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.  Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer, más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Las aguas se había separado de sobre las faz del abismo Lucifer había sido lanzado a tierra hace mucho tiempo, cuando la tierra quedo en seco, Lucifer se vio en la tierra , y se vio abominable, ya no era el ser hermoso que había sido creado en el principio, ahora era un ser abominable, su poder había sido disminuido, pero seguía siendo más astuto que Adam y su mujer, recorriendo, vagando por toda la tierra seca, se encontró con el jardín llamado Edén, y se dijo: Esto se parce a mi reino, en donde yo estaba anteriormente. Se ve bastante diferente, pero es el mismo, escucho ruidos, me parece escuchar voces, se dijo, indagaré quien se ha apoderado de mi reino, investigo tanto, que hasta se llego a enterar de todo lo que el Soberano Rey les había dicho a Adam, se entero, que el Rey le había entregado todo el reino a Adam su nueva creación y que había un mandato  por el cual Adam se hacía acreedor del reino, Adam poseería el reino, solamente si obedecía a su Rey, solamente si cumplía el único mandamiento dado, no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Lucifer al estar bien enterado del trato del Rey con Adam, investigó la manera como hacer que Adam perdiera el derecho a ese reino, pasaron varios días y no hallaba la manera como destruir a Adam y recuperar su reino, el Rey lo había instruido bien, Adam obedecía a su Padre su Creador y no lograba encontrar la oportunidad para, destruirle. El Rey Soberano, ya estaba enterado del plan de Lucifer, pero no podía intervenir, ya que él había creado a Adam con libre voluntad, libre decisión, el deseo del Rey y Padre es que Adam siga su mandamiento, decida por voluntad propia amarle, sin embargo no puede intervenir en su decisión, Adam tiene que decidir con voluntad propia, para eso el Padre se la dio. Lucifer no podía presentarse ente Adam y su mujer, tal cual él era, Lucifer no tenía la potestad de adquirir cuerpo físico, ya que ahora él era un espíritu malvado con poder limitado, y Adam y su mujer poseían la protección de su creador EL Rey Soberano; hasta que un día notó que la mujer de Adam se paseaba en el huero, sola y peligrosamente cerda del árbol prohibido, como Lucifer era astuto, controlo los movimientos de la mujer, Lucifer se presento ante  la serpiente y llegaron a un convenio para engañar a la mujer cuando estuviera sola, ya al tener un plan bien delineado, Satanás espero el momento en que la mujer se acercó al árbol prohibido, mientras ésta estaba alejada de su esposo y aprovechó el momento y,  cierto día Lucifer mando decirle a la mujer:

 ¿Conque el Rey os ha dicho: ¿No comáis de todo árbol del huerto? La serpiente astuta y mentirosa envolvió a la mujer sigilosamente, agregando al mandato e inventado e incluyendo todo árbol. La mujer quiso defender a su creador, pero en su defensa incurrió en un grave  error.

Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo El Soberano Rey: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.

La mujer cometió el error de agregar al mandato de su creador intentando defender aquel mandato, agrego, no tacareis, siendo que el mandato solo decía, no comeréis, la serpiente vio la debilidad y el error en la mujer y aprovecho la oportunidad para cultivar le fallido intento de la mujer

Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe el Rey que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Él, sabiendo el bien y el mal.

La duda estaba sembrada, la tentación del conocimiento más allá estaba a una mordida del aquel fruto, el ser como el creador estaba al alcance de las manos, a una mordida, verdades y mentiras mezcladas y la mujer fue tentada, su voluntad fue probada. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; su voluntad cedió ante la tentación, haciendo  a un lado el mandato de su Rey, sucumbió ante su deseo;  su esposo llegaba por donde ella estaba y ella le convidó que comiera, le contó lo que la serpiente le había dicho, seremos como el rey es, sabiendo todo, dijo la mujer, la mujer sedujo a su esposo para que comiera con ella de aquel fruto prohibido; no necesitaban saber más de lo que ya sabían, el padre s u tiempo les revelaría mas, pero la voluntad del hombre es débil y egoísta, en la mente de Adam sonaban las palabras del mandato que el Rey le había dado, y las consecuencias de la desobediencia para con aquel mandamiento, pero su voluntad estaba tentada, su deseo en querer saber más de lo que se le había enseñado ardía dentro de é, Adam quiere ser igual a su Padre sabiendo lo bueno y lo malo, el querer mas,  junto con  el amor que sentía por su mujer, lo llevaron a ceder ante la tentación, entonces cedió ante la insistencia de su mujer, haciendo uso de su voluntad débil ante la tentación, volcando su voluntad a su deseo, desobedeciendo y pensando solamente en él, prefiriendo el conocimiento más allá, ceder a la insistencia de su mujer más que al mandato de su Padre, entonces la mujer dio también a su marido, el cual comió así como ella.  Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales, tratando de cubrir la vergüenza de du transgresión, su pecado, mas el Rey les dio mandato del rito de Expiación, sangre inocente que cubre la transgresión del hombre, el rey sacrifico un cordero e hizo con la piel vestido para cubrir la vergüenza de Adam y su mujer, para cubrir su transgresión, hizo rito de expiación.

 Lucifer había ganado la batalla, había logrado corromper, la nueva creación, los derechos de la duda y la mentirita que había implantado en Adam le pertenecían. El padre de Adam presenciaba aquella barbarie,  en silencio y paciente esperaba  a que Adam usara los sentidos que le había otorgado para que con voluntad propia decidiera obedecerle a Él y seguir fiel su mandamiento, pero la voluntad de Adam estaba ya corrompida, el deseo de conocimiento y ser como el Rey, el yo de Adam se había fusionado con el engaño de Lucifer, el orgullo el ego, el deseo mas allá de las normas  envolvieron sus sentidos y su razonamiento, lo cual no le permitió tomar una decisión correcta, Adam y su mujer ya había tomado su decisión, y marcado un destino, por más que el Creador de ambos hubiera querido, no podía obligarles que le  amaran y le obedecieran, el Padre no puede obligar a Adam y a su mujer a obedecerle, porque si lo hiciera, Adam no sería un ser independiente de libre voluntad como Él lo ha creado, por lo que decidió confrontar a Adam, y le dijo: ¿Dónde estás tú?, El Rey sabía donde su Adam  estaba, pero El rey quería que Adam, pusiera en claro sus pensamiento, con respecto a lo que había hecho. Y Adam le respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. El Padre le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?, el Rey  de Adam sabía lo que él  había  hecho, pero el Rey  quería  que Adam asumiera su responsabilidad, confesara su transgresión, mas sin embargo Adam respondió: La mujer que me diste por compañera me  dio del árbol, y yo comí, evadiendo la responsabilidad de sus actos, culpo a su mujer y el Rey le había dado el mandato a él y el debió haber obedecido el mandato del Rey su creador quien lo había tomado como hijo y no a su mujer, y Adam culpo a su mujer del error que él cometió. Entonces el Rey dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. La mujer también evadió la responsabilidad de sus actos culpando a la serpiente y al final culpando indirectamente a su Creador padre y Rey por haber permitido a la serpiente engañarles, por haber dejado a la serpiente en el huerto, siendo ellos, Adam y su mujer los que desobedecieron el mandato y no la serpiente en ese momento, así entro en el mundo la culpabilidad de terceros por los errores, negando el error de uno mismo.  Y el Rey dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.  Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar, Adam y su mujer al desobedecer el mandato del Rey, siguiendo las sugerencias de la serpiente, destruyeron lo perfecto del reino del Soberano Rey y creador, al desobedecer todo a su alrededor cambio, lo perfecto se fue transformando y deteriorando, el Rey tuvo misericordia de Adam y su mujer ofreciendo un salvo conducto para Adam y sus descendientes, pues Adam fue creado, menor que, los otros seres magníficos celestiales creados, incluso menor que Lucifer, aunque en el inicio de su existencia Adam tenia dominio, pero al ceder y desobedecer a su Creador dio potestad a Lucifer sobre su existencia, y perdió casi toda esa protección y el derecho de ser llamado del Rey, pero Adam entendió el mensaje que El Soberano Rey le dio a la serpiente a Lucifer aquel día de la transgresión; ya que el hombre fue creado menor que los otros seres celestiales, uno vendría que sería perfecto para el Rey, y este que habría de venir, quietaría el poder que Adam le había dado a la serpiente antigua, sobre el reino de Adam, la serpiente tendría poder, pero solo podría tocar el calcañar de la mujer, sin embargo, la simiente de la mujer destruiría el domino de Lucifer, total y completamente por eso el que habría de venir le heriría la cabeza a la serpiente antigua, el Rey Soberano prometía una vía de escape a la muerte por transgredir el mandato que le había dado a Adam y por el cual había entrado la muerte a toda su descendencia, EL Rey quería evitar que Adam  y sus descendiente murieran, porque los ama, con la simiente prometida, el Rey evitaba que Adam muriera con muerte eterna, es decir, de separación de su presencia por la eternidad, así que le hizo una promesa, por medio de una profecía. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar, Adam comprendió el mensaje y entendió que había roto el corazón de su Padre, y por aquella transgresión o pecado Adam fue alejado de su Padre, perdió el derecho de ser llamado hijo,  sus acciones lo alejaron cada vez mas y mas y mas, al Punto que Adam no volvió a ver el rostro de su padre nunca más en la vida de carne, eta fue la primer muerte que experimentó Adam, por el pecado fue separado del rostro de su Rey, Padre y Creador, la separación la primer muerte, ya no era un Padre sino solamente su creador, Adam había perdido la paternidad de aquel gran Rey. Pero había una esperanza, el Rey Soberado dio nuevas instrucciones a Adam para que lograra sobrevivir a su transgresión, pero esta vez ya no estaría junto a él como antes, le brindaría su ayuda, solo si seguía sus mudamientos, hallaría el camino de la vida, pero debería esforzarse, porque ya no sería el consentido de Papá el Rey, aunque siempre le iba a amar y cuidar.

 La serpiente Lucifer también entendió el mensaje en aquella profecía dada por el Gran Rey Soberano, por lo que intento a toda costa destruir la simiente de la mujer, el bien y el mal ya estaban sembrados en Adam y su mujer a la cual Adam llamó Eva, porque ella es la madre de todos lo vivientes, Lucifer sabia que ya no era tan difícil seguir destruyendo a Adam y a Eva, pues ya había probado la maldad y ya habitaba en ellos, solo era de alimentarles sus egos y sus bajas paciones, los deseos malos de su corazón, sabía que la voluntad de los descendientes de Adam iba a ser débil al igual que la de Adam y Eva y los descendientes de Adam morirían muerte eterna, junto con el, Lucifer inicio su plan siniestro para que jamás llegue la semiente de la mujer que le ha de devolver el reino Adam y le ha de herir la cabeza  Lucifer.

Adam fue expulsado del paraíso de la misma forma que Luz Bella, que ahora se llama Diablo, Satanás y Lucifer, serpiente antigua y Dragón, había sido expulsado, con la diferencia que Lucifer ya tiene sentencia y Adam tiene oportunidad de redención y de no ser sentenciado y condenado a la muerte eterna y Lucifer ya no porque él fue mayor en todo, más que Adam.

Adam comenzó su calvario pero en todo trataba de cumplir el nuevo mandato del Soberano Rey a quien por mucho años ya no le había visto su hermoso rostro, aunque jamás el Rey le abandonó, siempre estuvo cuidando de él, desde donde Él estuviera, pero ya no de la misma forma como cuando le dio el dominio del reino,  Adam procreó con Eva su mujer, dos como él, uno era  bueno y obediente y el otro el malo y orgulloso, Lucifer noto la diferencia entre ambos, y se dijo en así mismo, el bueno es aquella simiente que habría de venir, tengo que destruirlo, utilizando al malo y orgulloso y le quitó la vida al bueno y obediente, Adam experimentó la segunda muerte, en su descendencia, en su simiente, la muerte de la carne, separación del espíritu, alma y cuerpo, Adam y Eva estaban devastados, su simiente se mataba entre sí, pero ellos instruían a sus descendientes en los mandatados del Gran Rey, recordándoles lo que ellos había perdido por desobediencia, dándoles la esperanza del prometido que destruiría la obra de  Satanás, les instaban que buscaran el camino de la vida el Rey no se olvidaba de su promesa e hizo muy fructíferos a Adam y a Eva su mujer.

Muchos de la semiente de Adam y Eva cubrieron la tierra como les fue mandado desde el principio por el Rey Soberano, Creador, Adam y Eva murieron, su carne desfalleció, se desgastó y murieron, como el rey les había dicho, por comer del fruto prohibido, pero dentro de ellos ya estaba la semilla del mal, y Adam la heredo a su descendencia, por medio de su semilla, el conocimiento del bien y del mal, ya estaba en sus hijos y conforme crecían y abundaban y cubrían la tierra, su maldad se hacía mas y mas grande, tanto que llego a la presencia del creador de Adam, el Gran Rey Soberano, su tristeza y se enojó por tanta maldad en los Hombres hijos de Adam, que dijo:

No contenderá mi espíritu con la simiente de Adam para siempre, porque ciertamente él es carne, pues la maldad de los hijos de Adam es mucha en la tierra, y  todo designio de los pensamientos del corazón de ellos es de continuo solamente el mal, los Raeré de sobre la faz de la tierra a los que he creado, desde Adam, que significa hombre, hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues solo me han causado dolor haberlos hecho.  Pero la simiente prometida y buena de la Mujer y de Adam estaba en  Noé un descendiente de Adam y Eva y Noé halló gracia ante los ojos del Rey Soberano, porque Noé obedecía los mandatos del Rey buscando el camino de la vida. Y se corrompió la tierra delante del Rey dueño de la tierra y del universo, y estaba la tierra llena de violencia, Y miró el Rey la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Él,  al Adam llamado, Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.  Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán. Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que  el Creador Rey Soberano le mandó. Dijo luego el Rey  Todopoderoso a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice, E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó el Rey soberano, los vecinos malvados de Noé se burlaban de él y lo escarnecían, porque el Rey Soberano todopoderoso, aún no había hecho llover sobre la tierra,  sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra, jamás habían visto la lluvia, pero Noé confió en el Rey Soberano, e hizo lo que le mando hacer, Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra. Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos, de los animales de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó el Rey  a Noé, Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra, El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra, Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. Siete metros más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes.  Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.

La serpiente creyó que estaba hecho, ya había ganado la guerra pero no sabía que está muy equivocado.

Muchos días pasaron y el agua que cubría al mundo como en el principio, comenzó a bajar su nivel, comenzaron otra vez a juntarse el agua en un solo lugar, como él en principio, El gran Rey había preservado la simiente de la mujer y de Adam  en Noé y sus hijos, en ocho personas, Adam seguía vivo en Noé y su familia. El rey había recreado hecho una nueva tierra, todo era nuevo ahora, El Soberano Rey hizo que apareciera nuevamente lo seco, Y se acordó El Rey de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar  un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas, Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida, Y las aguas decrecían gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días, Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat, Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes, Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho, y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra.  Envió también de sí una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra. Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, y tomándola, la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca.  Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra. Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él. Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca. Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.

Entonces habló EL Gran Rey  a Noé, diciendo:

Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo, Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra.

Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él, todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca, Y edificó Noé un altar como el rey mando a Adam, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.

Y percibió el Rey olor grato; y dijo en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa de Adam; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.  Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. Bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra, El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados, Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo, Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis, Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre, El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre, He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros, y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra, Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra, Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:  Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. Dijo, pues, Dios EL Rey Soberano todo poderoso y creador de Adam, el hombre a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra, M as vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella.

Todo era nuevo, todo era bueno, el Rey creador de todo, había hecho nuevas las cosas para una nueva era del hombre, de los hijos de Adam, también dio nuevas instrucciones y juro que no iba a destruir toda vida en la tierra con agua nunca más, sin embargo  el hombre ya tenía concomiendo del mal y el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud, su deseo es solamente para hacer lo malo, herencia en la semilla de Adam transmitida a cada uno de sus hijos, herencia de muerte; la nueva descendencia de Adam en su nuevo mundo deberían cumplir los mandatos de su Rey y seguir el camino a la vida. La serpiente noto que su plan había fracasado, hasta este punto vio que todo su esfuerzo había sido en vano, el Rey divino, seguía protegiendo a Adam y su simiente y a la simiente de la mujer, pero pensó no me voy a dar por vencido, se dijo Lucifer, a toda costa trataré de destruir al hombre y a su prometido, bien sabe Lucifer que su semilla, la que implanto en Adam en el jardín de Edén, continuaba en sus hijos, no sería difícil manipular sus emociones y sus deseos malos.

Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán. Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra, Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña, y bebió del vino, y se embriagó, y estaba desnudo en medio de su tienda, Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre; la serpiente Lucifer estaba presente, viendo lo que el corazón del  hijo de Noé estaba tramando, la voz del Rey hablaba dentro de Cam, diciendo no lo hagas, no es correcto, no lo hagas es vileza, mas Cam dijo quiero y lo aré, Lucifer entonces aprovecho el impulso de Cam y Cam hizo lo que en su corazón se había propuesto, la semilla del mal fructifico nuevamente en este nuevo mundo, el hombre vuelve a ceder ante su voluntad y malos deseos, haciendo a un lado e engorando voluntariamente, la voz y mandatos del Rey quien advierte del peligro. Cam dijo a sus hermanos Sem y Jafet lo que había  acontecido, Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre, honrando al Rey  y su vos y su mandato y a su padre Noé. Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, y dijo:

Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos; Dijo más: Bendito por mi Soberano Rey, sea Sem Y sea Canaán su siervo; Engrandezca el Todo poderoso Rey a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo. Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió, Porque  la muerte entró por un hombre, por  Adam. De Estos tres  hijos de Noé, de ellos fue llena toda la tierra.

De los hijos de  Los hijos de Jafet, fue engendrado Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra, Este fue vigoroso cazador delante del Rey del universo y creador de todo. Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.  De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala, y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande.  

Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad,  y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.

El Adam se había vuelo a corromper en la tierra, Nimrod, había establecido un orden, en la maldad de su corazón, había sido tentado por Lucifer para revelarse en contra de su Rey y Creador el Dios verdadero, el hombre estaba desobedeciendo el mandato del Rey del universo, no querían ir por todo el mundo, planeta tierra y poblarlo, si no querían establecer su propio reino, su propio dominio sobre la tierra, dejando un lado los mandamientos del Gran Rey, por eso se construyeron Babel.

Y dijo el Gran Rey del universo He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció el Rey del universo desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió[ El Soberano Rey el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

Bien pudo el Adam ser como uno y habitar en armonía en toda la tierra, si hubieran seguido los mandamientos del Rey soberano, pero por ser narcisistas, egoístas y orgullosos, los hombres apartaron al único Dios verdadero, ignorando voluntariamente de sus enseñanzas y verdades y decidieron implantar su propio sistema de gobierno e inventar maneras para alcanzar la vida, Lucifer los engaño para que se inventaran caminos que dijeran vida, sin embargo son caminos de muerte y muerte eterna. Satanás pesó ahora si, ya me los gane a todos, ahora todos son mis súbditos y todos perecerán con migo en mi sentencia. Mas Lucifer siempre se queda con la gana y el disgusto, porque el Rey Soberano Creador de todo el universo, siempre tiene un plan para rescatar al Adam de sus garras, El Adam solo debe obedecer a su Rey y Creador, el Rey de universo ama a su creación y quiere que habite junto a Él como en el principio.

En Sem hijo de Noé, iba esa promesa de aquel que habría de venir, del prometido para el Adam quien quitaría todo dominio a Lucifer, de los hijos y de los hijos de Sem tomo El Rey del universo a un Adam, que se llamaba Abram, de todos los hombres que habitaban en el mundo, y que guardaban los mandatos del Rey soberano como se les había enseñado desde el principio, fue tomado éste Adam el Rey del universo entero, dijo a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré, Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición, Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra, la promesa del Rey eterno hecha a Adam,  estaba en Abraham.

Después de estas cosas vino la palabra del Soberano Rey a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande Y respondió Abram: Señor su Rey Soberano, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego vino a él palabra de su Señor el Rey divino, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Y le dijo su Rey Soberano: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar?  Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino.  Y tomó él todo esto Abram, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves.  Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba. Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.  Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos,  los heteos, los ferezeos, los refaítas,  los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

Pero el Adam siempre tratando de ayudar al Gran Rey del  universo, siendo que Él  tiene todo bajo control, el Adam hace cosas que no le son mandadas a hacer, por eso cae en desobediencia, transgresion y pecado contra su Creardor, acarreando para si mismo el Adam pesares. Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar, Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai, Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora Sarai, esta es la cuasa de la siputa de la herencia de un padre, pero la herencia de Adam es herencia de muerte, mas la Herencia del Rey divino es vida, la cual no es dada por voluntad de el Adam.

Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.  Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes.  Y no se llamará más tu nombre Abram,[a] sino que será tu nombre Abraham,[b] porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes, Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti, Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. El Rey Glorioso establecía ordenanzas, para un pueblo una nación que va ser tomada, como ejemplo para todas las menas naciones de la tierra, como es que se debe Servir al Soberano Rey creador del Adam, gentes, hombres y mujeres que enseñarían al mundo entero la manera de encontrar el camino a la  vida. De Abraham el Rey del universo escogió a otro Adam, Jacob es su nombre, Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán, Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán. Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho, Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía Y tuvo miedo, y dijo: !!Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.

El Rey de todo lo que existe volvió a repetir que en Jacob serian benditas todas las Familias en la tierra, su promesa seguí en pie, el prometido a Adam vendría de Jacob, la esperanza seguía viva, Jacob solamente tendría que seguir obedeciendo a su Rey soberano, el Rey Creador de Adam, fructifico a Jacob en todo y tuvo dos esposas y dos concubinas de las cuales el Soberano Rey le dio doce hijos varones y  una mujer y son estos Rubén, Simeón, Leví, Judá , Neftalí , Gad, Aser. Dina , Isacar, Zabulón , José y Benjamín, Jacob regreso a casa de sus padres con sus mujeres y sus hijos de cami iba, y le salieron al encuentro ángeles de Dios Verdadero, Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim, Y envió Jacob mensajeros delante de sí a Esaú su hermano, a la tierra de Seir, campo de Edom, porque tenía contienda con su hermano y su hermano Esau estaba enojado con Jacob, Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado, y me he detenido hasta ahora, tengo vacas, asnos, ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, para hallar gracia en tus ojos, Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él,  Entonces Jacob tuvo gran temor, y se angustió; y distribuyó el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos campamentos, Y dijo: Si viene Esaú contra un campamento y lo ataca, el otro campamento escapará, Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien, menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos.  Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud. Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para su hermano Esaú, Y lo entregó a sus siervos, cada manada de por sí; y dijo a sus siervos: Pasad delante de mí, y poned espacio entre manada y manada, mandó al primero, diciendo: Si Esaú mi hermano te encontrare, y te preguntare, diciendo: ¿De quién eres? ¿y adónde vas? ¿y para quién es esto que llevas delante de ti? entonces dirás: Es un presente de tu siervo Jacob, que envía a mi señor Esaú; y he aquí también él viene tras nosotros, andó también al segundo, y al tercero, y a todos los que iban tras aquellas manadas, diciendo: Conforme a esto hablaréis a Esaú, cuando le hallareis. Y diréis también: He aquí tu siervo Jacob viene tras nosotros. Porque dijo: Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro; quizá le seré acepto. Pasó, pues, el presente delante de él; y él durmió aquella noche en el campamento.

Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.  Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel;[b] porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.  Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel;[c] porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. Entonces el rey volvió a llamar a un Adam, `Así dice el SEÑOR: `Israel es mi hijo, mi primogénito. Quien me servirá y me será un pueblo santo, pueblo de sacerdotes que muestren al mundo las bondades de su Rey Soberano que enseñen como se debe reverenciar a su Rey Creador. Alzando Jacob sus ojos, miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas, Y puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a José los últimos, Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano, Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron, Y alzó sus ojos  Esaú hermano de Israel y vio a las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado a tu siervo, Después Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padan-aram; y acampó delante de la ciudad, compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas. Y erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel. Dijo Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú, Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos, Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado, Así dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos, imágenes, esculturas, esfinges, de metales, madera, yeso y barro y los zarcillos que estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina que estaba junto a Siquem, Y salieron, y el terror de Dios el Rey del universo estuvo sobre las ciudades que había en sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob, Y edificó allí un altar, y llamó al lugar El-bet-el,[a] porque allí le había aparecido Dios, cuando huía de su hermano. Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo, Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel, También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos, La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra, Y se fue de él Dios el Rey Soberano del universo, del lugar en donde había hablado con él.

Lucifer vio todo lo que el Rey Soberano hacia con esta descendencia de Adam y Eva, por lo que que, intuyó que este pueblo era el prometido, aquel en quién Adam y Eva esperaron, y procuró hacerles guerra, para así evitar que llegara el prometido, la semilla de la maldad fue trapazada, heredada genéticamente a todos los hombres por Adam y su transgresión, por eso no hay hombre en la tierra que esté exento de ser fiel servidor de Lucifer, si su en voluntad así lo decide, excepto aquellos que quieren volver a ver la cara del Rey Soberano algún día, estos luchan por cumplir los mandatos del Gran rey del Universo, vencen su egocentrismo, sus malos deseos y buscan agradar al Creador de Adam. Lucifer se inmiscuyo entre los hijos de Israel, sembrando discordias y envidias, haciéndoles que ensañasen en contra de su hermano menor el cual se llama José, el cual era el más querido por Israel, poniéndoles en su corazón que lo matasen, en una ocasión en que el fue en busca de ellos a donde pastoreaban los rebaños de Israel, mas su hermano mayor Rubén, impide a sus otros hermanos que los mentes, pero Lucifer no estaba contento con que este más querido estuviera vivo, pues le hacía pensar en aquel que lo va a derrocar, entonces infunde en el corazón de los hermanos vender a aquel Joven, a unos mercaderes que pasaban por donde ellos pastaban sus ovejas, Fue vendido José y fue llevado a Egipto, y a su padre los otros hijos dijeron que José había muerto Lucifer creyó que estaba ganando, mas no sabía que estaba ayudando a cumplir las profecías dadas por el Eterno Rey creador de Adam. Intentando cavar con el resto de los hijos de Israel envió hambre sobre la tierra, Israel ya había acabado sus provisiones, y Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando? Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos, Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en Egipto, as Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: No sea que le acontezca algún desastre. Para sorpresa de aquellos hermanos, el gobernador de Egipto era su hermano José, el Rey Soberano de todo lo que existe le dio potestad en aquel reino de hombres, porque José era muy obediente a su Rey y Señor, el Rey Creador de Adam, Aquel José que fue vendido como esclavo y que ahora era el gobernador del reino egipcio, era sombra de aquel que fue prometido a Adam y su descendencia, porque fue salvador de muchos en la tierra cuando Lucifer envió hambre a todas las regiones, fue un salvador para Israel y para los no israelitas, Jacob o Israel como su Rey divino le llamo, no lo podía creer cuando sus otros hijos le contaron que José vivía; mas José les dijo:  Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas, Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes, Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes, Y subieron de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán a Jacob su padre, Y le dieron las nuevas, diciendo: José vive aún; y él es señor en toda la tierra de Egipto. Y el corazón de Jacob se afligió, porque no los creía, ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlo, su espíritu revivió, Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera. Lucifer había perdido otra batalla más en contra de los planes del Gran Rey del Universo entero, perdió la batalla porque el Rey creador de Adam tiene todo en control, además a yudo a cumplir una profecía para este pueblo escogido.  Israel antes de morir confirma a sus hijos la llevada del prometido, Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros, Juntaos y oíd, hijos de Jacob, Y escuchad a vuestro padre Israel.

Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor; Principal en dignidad, principal en poder, Impetuoso como las aguas, no serás el principal, Por cuanto subiste al lecho de tu padre; Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado. Simeón y Leví son hermanos; Armas de iniquidad sus armas, En su consejo no entre mi alma, Ni mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su furor mataron hombres, Y en su temeridad desjarretaron toros, Maldito su furor, que fue fiero; Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, Y los esparciré en Israel. Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti, Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará? No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos. Atando a la vid su pollino, Y a la cepa el hijo de su asna, Lavó en el vino su vestido, Y en la sangre de uvas su manto. Sus ojos, rojos del vino, Y sus dientes blancos de la leche.

Así continuó Israel con cada uno de sus hijos, profetizándoles, pero Lucifer se intereso con la bendición que Israel le dio a su hijo Judá, cuando venga Siloh que se traduce como, una combinación de paz, prosperidad y tranquilidad y se refiere al Mesías el prometido a Adam en el sentido de que esas serán las características de Su Reino, Lucifer se ensaño aun mas contra este pueblo escogido Israel el Hijo primogénito de Rey del universo Dios Vivo, No había ninguna duda, de este hijo de Dios Israel vendría aquel quién le quitaría todo su poder, pero quien o que era, no lo sabía, no lo lograba descifrar, por eso Lucifer ahora intenta exterminar a Israel de la faz de la tierra, Lucifer se entera las debilidades del hombre cuando el hombre dice lo que piensa o quiere hacer, y allí es cuando el comienza a alimentar las decisiones erróneas del Adam. Su siguiente pieza a utilizar los reyes de Egipto, ya el pueblo de Israel estaba dentro de las murallas del reino de los egipcios, solo hay que ser un poco paciente y esperar el momento preciso para atacar, Murió José el gobernador de Egipto hijo de Israel, y paso el tiempo, y se levanto un rey que no conocía a José ni lo que había hecho en un pasado lejano, Israel ya no eran doce hermanos varones, si no que ya eran miles de millares, Israel ya era una nación, el nuevo rey del reino egipcio, decidió esclavizar al pueblo de Israel hijos de Jacob, cumpliendo así la profecía que el Soberano Rey le dio a Abraham, muchos años antes, Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años, Satanás es una pieza para los movimientos de Dios, como en una mesa de ajedrez, nos es que, lo que El Rey Eterno este haciendo, sea aun juego, pues no lo es, simplemente, las estrategias que Satanás usa para destruís al Adam, no son nada comparados a poder y la inteligencia del soberano Rey Divino, por eso Dios manda y el diablo obedece aunque no quiera, la Voluntad del Rey del universo siempre se cumple. Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo, He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros, Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra,  Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés, Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor.

En medio de aquella esclavitud. Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río, Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste,  Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño?, Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés,[a] diciendo: Porque de las aguas lo saqué. En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo? Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto. yendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián. Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob, Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios. Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.  Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.

Moisés puso toda clase de excusas para poder liberarse tan grande encargo, Moisés conocía a su s hermanos, su pueblo, su gente y sabia que eran rebeldes, mas para el Rey soberano nada es imposible el hace maravillas,  el hace prodigio. Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto; y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel. Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte. Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir, Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías, ino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto. Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito, Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza, el Rey Soberano cumplió con su promesa a cabalidad, Moisés hizo todo lo que su Rey creador del Adam le mando, obediente y humilde, y Hablo al pueblo de Israel y al FAraon pero el faraón rey de Egipto, arrogante y despiadado, endureció su corazón y no dejo ir a Israel de Egipto, el Rey pudo haber intervenido en el corazón del faraón, pero como faraón esta usando su libre decisión al igual que Adam, no intervino, ya que el faraón ni le interesaba el Rey creador del todo el universo, Dios Todo Poderoso, no había como, el tenia sus ídolos y no creía al Todo Poderoso Dios, Por eso el Rey soberano se mostro haciendo maravillas con el pueblo de Egipto.

Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto. Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel. Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus tareas. Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo que lo tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo: De aquí en adelante no daréis paja al pueblo para hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por sí mismos la paja. Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios. Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas. Y los capataces de los hijos de Israel vinieron a Faraón y se quejaron a él, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos? No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aquí tus siervos son azotados, y el pueblo tuyo es el culpable. Y él respondió: Estáis ociosos, sí, ociosos, y por eso decís: Vamos y ofrezcamos sacrificios a Jehová. Id pues, ahora, y trabajad. No se os dará paja, y habéis de entregar la misma tarea de ladrillo. Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en aflicción, al decírseles: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día.  Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban a la vista de ellos cuando salían de la presencia de Faraón, les dijeron: Mire Jehová sobre vosotros, y juzgue; pues nos habéis hecho abominables delante de Faraón y de sus siervos, poniéndoles la espada en la mano para que nos maten.   Entonces Moisés se volvió a Jehová, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo.

 Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra. El Rey soberano hablo,   Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.  Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto. Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. El Rey soberano hizo prodigios en la tierra de Egipto para dar a conocer su Potestad a los hombres, para hacerles saber que sus ídolos, sus dioses no son nada ante su presencia, Primero hizo que el Rio Nilo se convirtiera en Sangre, por esto los peces murieron, los egipcios no podían beber agua del rio porque se había corrompido. Lo hechiceros del Faraón hicieron también lo mismo y el faraón se endureció mas y no dejo ir a Israel, El Rey soberano envió otra plaga, Ranas que salían del rio de sangre, ranas que están en todas partes en los palacios del faraón, pero el Faraón no dejaba ir a Israel. Luego vinieron piojos, luego moscas, luego murieron los rebaños de los egipcios, luego salieron ulceras a los egipcios, luego el Rey soberado creador de Todo lo que Existe, envió otra plaga, envió u granizo que al tocar el suelo parecía como que si ardía en llamas, truenos y relámpagos, sin lluvia, pero el faraón se obstinaba en o dejar ira a Israel, todas estas plagas solo afectaban al pueblo egipcios, a los hijos de Israel los guardad Jehová, creador de Adam y de todo lo que existe. Otra Plaga mas, langostas aparecieron por todos los sembradillos de los campos de los egipcios y arrasaron con toda cosecha egipcia, Luego Jehová Dios envió tinieblas sobre la tierra de Egipto, hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres días, tanto que cualquiera las palpaba, Entonces Faraón dijo a Moisés vete tu y tu pueblo solo deja a tus rebaños en Egipto y vete, le dijo Faraón: Retírate de mí; guárdate que no veas más mi rostro, porque en cualquier día que vieres mi rostro, morirás. Y Moisés respondió: Bien has dicho; no veré más tu rostro.  Jehová dijo a Moisés: Una plaga traeré aún sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual él os dejará ir de aquí; y seguramente os echará de aquí del todo. Habla ahora al pueblo, y que cada uno pida a su vecino, y cada una a su vecina, alhajas de plata y de oro. Y Jehová dio gracia al pueblo en los ojos de los egipcios. También Moisés era tenido por gran varón en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de Faraón, y a los ojos del pueblo.  Dijo, pues, Moisés: Jehová ha dicho así: A la medianoche yo saldré por en medio de Egipto, y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias. Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca hubo, ni jamás habrá. Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas.  Y descenderán a mí todos estos tus siervos, e inclinados delante de mí dirán: Vete, tú y todo el pueblo que está debajo de ti; y después de esto yo saldré. Y salió muy enojado de la presencia de Faraón. Y Jehová dijo a Moisés: Faraón no os oirá, para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto.  Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante de Faraón; pues Jehová había endurecido el corazón de Faraón, y no envió a los hijos de Israel fuera de su país.

Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año. Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero.  El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes.  Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán.  Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas.  Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego.  Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehová. Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová.  Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto. Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis. Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua. Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana.  Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir. Y los hijos de Israel fueron e hicieron puntualmente así, como Jehová había mandado a Moisés y a Aarón y llego la ultima plaga, Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales. Y se levantó aquella noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto.  E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho.  Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos; y bendecidme también a mí.  Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos.  Y llevó el pueblo su masa antes que se leudase, sus masas envueltas en sus sábanas sobre sus hombros.  E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro, y vestidos. Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios. Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. Y en aquel mismo día sacó Jehová a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos. y endureciéndose Faraón para no dejarnos ir, Jehová hizo morir en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito humano hasta el primogénito de la bestia; Jehová el Rey soberano mando al pueblo que fuesen por el desierto el Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados. Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.  Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.

Habló Jehová a Moisés, diciendo:  Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él acamparéis junto al mar.  Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.  yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y fue dado aviso al rey de Egipto, que el pueblo huía; y el corazón de Faraón y de sus siervos se volvió contra el pueblo, y dijeron: ¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, para que no nos sirva? Y unció su carro, y tomó consigo su pueblo; y tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos. Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón.  Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová.  Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?  ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.  Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.  Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.  Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.  Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.  Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería;  y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo.  Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas,  e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros. Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo.  Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios,  y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.  Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería.  Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar.  Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.  Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.  Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar.  Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.

La frustración de Lucifer era enorme, aquel pueblo que intentó destruir, ahora estaba a salvo, peor aún, el había sido usado para este grande prodigio de salvación, El Gran Rey había cumplido su promesa, la promesa que le había hecho a Abraham muchos  años antes, para que el Adam viera que el Dios y Rey Soberano que los Creo, el Único y Verdadero, El todo Poderoso, creador del universo, tenía el poder para rescatarle, la Esperanza de Adam no estaba perdida, el camino de la vida aun prevalencia ante las asechanzas del Lucifer, aunque este no se dio por vencido, su semilla estaba en el Adam de Israel, algo podría hacer para seguir intentado destruir a Israel del Rey, así como lo estaba haciendo con el resto de la hombres alrededor de ellos.

El Gran rey guió a su hijo, al pueblo de Israel por el desierto, en el camino les dio leyes, preceptos, mandatos, que los iban a diferenciar de todas las naciones de la tierra, EL Gran Rey noto que aquel pueblo era de duro corazón, sus pensamientos y sus deseos están dirigido para hacer lo malo, El gran Rey hacia maravillas en medio de ellos, pero los hijo de Israel se esforzaban en enojar al Rey soberano tanto que en una ocasión quiso destruirlos en el desierto, pero Moisés, siendo figura del salvador que espera el Adam, intercede por aquel pueblo pecador y Dios desiste en destruirles y le dijo: Israel:

Mira, Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella. A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.

Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel,  y les dijo: Este día soy de edad de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán.  Jehová tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones delante de ti, y las heredarás; Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho.  Y hará Jehová con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó.  Y los entregará Jehová delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado.  Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.

El pueblo hijos de Israel, los israelitas, dijeron con sus bocas, Acércate tú y oye todas las cosas que diga Jehová nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te diga, y nosotros oiremos y haremos, Israel desde su fundación ha sido un pueblo de duro entendimiento, con su boca proclamaban pero su corazón estaba tras le herencia de Adam, herencia de muerte, el Rey los envió a tierra de Canaán la cual había prometido a
Abraham, estas gentes se habían podrido en sus bajas pasiones, dando rienda suelta sus mas malvados instintos, sirviendo a espíritus engañadores, estos son aquellos que fueron derrocados junto a Lucifer, quien antes se llamaba Luz Bella, estos aun  son aliados de Lucifer para destruir al Adam que el Rey ama tanto, pero el Adam, desprecia siempre a su Dios y Rey. Dios no puede soportar el pecado en el Adam, el hombre, el Gran Rey da tiempo para que el Adam, disponga su voluntad en vivir una vida agradable, correcta, según sus mandamientos, pero son pocos los que, por decisión propia buscan agradar al Gran Rey, y este no era el caso de las naciones de Canaán, estos hombre, sacrificaban sus hijos a dioses que no son en verdad lo que dicen ser, son espíritu s engañadores que estimulas los sentidos y los malos deseos de sus corazones para que hagan atrocidades delante de la presencia del Único y verdadero Dios Eterno y Todo Poderoso, pero no es decisión del Rey Eterno la destrucción del Adam, Dios da su mandato y la consecuencia al desobedecerle, el hombre siempre decide los que escoge: A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia. Aquellos pueblos de Canaán quemaban a sus hijos vivos, como quien asa un pedazo de bistec en una parrilla para barbacoa, mientras aquellos niños eran quemados en nombre de demonios, espíritus inmundos y engañadores, sus padres hacían fiesta y algarabía, mientras su bebes gritaban en aquel horno de fuego, aquellos hombres habían decidido abrazar la herencia de carne de muerte y no buscar el camino de la vida, habían decidió olvidarse del Dios y Rey soberano quien los creó y seguir sus deseos, siendo impulsados por estos abrieron las puertas a espíritus inmundos, recibiéndoles como sus dioses y haciendo sacrificios humanos para ellos, y entregándose a su más bajas pasiones, el colmo de la transgresión el hedor del pecado en aquellos hombres, llegaba a la presencia del Rey, les había dado más de cuatrocientos años para que se alejaran de los malos caminos de muerte. El Rey Soberado Creador de todo el universo, es paciente y misericordioso, pero su misericordia y paciencia tienen un límite, pero aquellos hombres no quisieron hacerlo, no quisieron dejar de hacer lo malo, por eso Dios el  Rey mando a destruir toda estirpe de aquellas naciones, este era el trabajo que haría Israel el Pueblo Santo, sin embargo el pueblo de Israel al llegar a la frontera de estos pueblos, tuvieron temor de ellos, a pesar de las maravillas de mano del Rey que hizo en el transcurso de su peregrinación a la tierra prometida, ellos no confiaron en su
Rey y Salvador, si no que se dejaron llevar por sus sentimientos de cobardía, siendo que el Gran Rey Poderoso, peleaba por ellos, y volvieron su corazón a Egipto, rechazando el Regalo que el Rey Eterno les hacía, pocos fueron los que confiaron en el Rey Creador, por ese motivo el Rey de Israel creador del universo, no les permitió a esa generación entrar en la tierra prometida y les dijo. Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo:  No verá hombre alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres,  excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová.  También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá.  Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la hará heredar a Israel. Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán. Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo.

Moisés tampoco entro en la tierra prometida a causa del pecado del pueblo de Israel, Moisés peco por enojo, motivo por el cual no vio entro a la tierra prometida por Dios el Rey Soberano a Abraham, pero el Rey cumple lo que promete y llevo el remanente con poder por todo el camino del desierto hasta que murieron todos los que había desobedecido el mandato del Gran Rey del universo, ellos habían deicidio rechazar a Dios, mas Dios guardó un remanente de ellos, Moisés llego a la Frontera en el Rio Jordán y Dios le permitió ver la tierra, mas no entrar en ella, y después de ceder su lugar y ver la tierra, murió Moisés, como tiene que morir el Adam, por desobedecer al Rey Glorioso.

Entraron pues los hijos de Israel a la tierra comandados por Josué general de los Ejércitos de Jehová, la mano poderosa del Gran Rey les iba entregando las naciones, perversas que hastiaron al Rey con sus transgresiones, destruyéndolas por completo, Dios hacia maravillas en medio de este pueblo mientras les entregaba sus tierras la tierras de Israel, de las que había tomado posición los impíos  cananeos.

Jehová es el Rey de Israel, el los comandaba por medio de Profetas y Jueces, ya tenían posesión de la tierra, pero no había expulsado a todas las naciones que Dios les mando que destruyesen, por eso se apartaban de su Rey  y creador, siguiendo los caminos de los hombres de aquellos pueblos que había quedado en medio de ellos, los israelitas desobedecieron el mandato de Dios, y siguieron sus propios deseos, olvidándolos mandamientos de su Rey, siguieron sus propias ideas y deseos, desobedecieron,  motivo por el cual les venía destrucción, cuando se veían en aprietos clamaba al Gran Rey y ellos libraba de sus enemigos, cuando Israel se veía, en paz volvían a torcer sus caminos en pos de dioses que no le enseñaron sus padres, y volvía la tribulación para los hijos de Israel, asi vivían, transgrediendo y arrepintiéndose, y el Rey soberano les perdonaba, al ver el arremetimiento genuino de los hombrees de Israel, aunque fuera por corto tiempo. En aquella región, Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos. El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí. Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos, los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años. Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido. Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan. Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá. Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo. Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron,  y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo. Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos?  Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.  Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella. Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.  Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.  Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.  Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más. Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?, Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz. Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.  Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec.  Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga.  Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven?  Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab;  y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento. Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas.  Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.  Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera? Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes.  Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.  Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas.  Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró.  Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis;  y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis.  Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada.  Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio.  Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido.

Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz.  Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos.  Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega.  Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo.  Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acabó la siega de la cebada y la del trigo; y vivía con su suegra. Después le dijo su suegra Noemí: Hija mía, ¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien?  ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas.  Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.  Y cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta, e irás y descubrirás sus pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer. Y ella respondió: Haré todo lo que tú me mandes.  Descendió, pues, a la era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado.  Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó. Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba acostada a sus pies. Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.  Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.  Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo.  Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana.  Y después que durmió a sus pies hasta la mañana, se levantó antes que los hombres pudieran reconocerse unos a otros; porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era.  Después le dijo: Quítate el manto que traes sobre ti, y tenlo. Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad.  Y cuando llegó a donde estaba su suegra, ésta le dijo: ¿Qué hay, hija mía? Y le contó ella todo lo que con aquel varón le había acontecido.  Y dijo: Estas seis medidas de cebada me dio, diciéndome: A fin de que no vayas a tu suegra con las manos vacías.  Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy, Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó.  Entonces él tomó a diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron.  Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec.  Y yo decidí hacértelo saber, y decirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres redimir, redime; y si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo redimiré.  Entonces replicó Booz: El mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su posesión.  Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad. Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré redimir. Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en Israel.  Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y se quitó el zapato.  Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón.  Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy.  Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén.  Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé Jehová. Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo.  Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel;  el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos.  Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya.  Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David.  Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón,  Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab,  Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón,  Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed,  Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.

Maravillas los designios del Gran Rey del universo, una mujer no israelita con un hijo de Israel, al unión de los hijos de Adam por igual, los hijos de Israel, querían ser igual a las demás naciones, teniendo al Rey de los reyes como su Señor y soberano pidieron rey de los hijos de Adam, Dios Rey Soberano, cedió el lugar a los reyes hijos de hombres, para los Hijo s de Israel quienes no se cansaban en hacer lo malo ante la presencia del Altísimo y soberano Rey, a pesar de la aflicción, a pasar de las maravillas que el Rey hacia en medio de ellos, transgredían igual, la voluntad del hombre siempre siguiendo lo malo, la herencia de muerte heredada por Adam  a su prole, los hombres deciden su destino, a sabiendas que son eternos, no su carne, pero si, el hombre es eterno como su Creador por eso lo hizo  a su imagen y  a su semejanza, pero el hombre prefiere la muerte eterna, separación de Dios para siempre del Adam, que obedecer a su Creador, Dios les dio rey a los hijo de Jacob, Saul fue el primer Rey, Fares engendró a Hezrón,  Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab,  Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón,  Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed,  Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David el segundo rey hombre de Israel, Solomon el Sabio, tercer rey de Israel. después de la muerte de Salomón y a excepción de Judá y Benjamín, todas las tribus de Israel (llamadas las diez tribus del norte) se negaron a aceptar a Roboam, el hijo y sucesor de Salomón, como su rey. La rebelión contra Roboam surgió después de que él se negara a aligerar la carga de los impuestos y servicios que su padre había impuesto a sus súbditos  y aun les agrego más carga, Jeroboam, que no era de la descendencia de David, fue enviado a Egipto por los descontentos. La tribu de Efraín, y todo Israel levantó el grito de edad, "Cada uno a sus tiendas, oh Israel". Roboam huyó a Jerusalén, Jeroboam fue proclamado rey sobre todo Israel en Siquem. Después de la revuelta en Siquem al principio sólo la tribu de Judá permaneció fiel a la casa de David. Poco después la tribu de Benjamín se unió a Judá. El reino del norte siguió siendo llamado Reino de Israel, o Israel, mientras que el reino del sur fue llamado Reino de Judá, es de acá de donde nacen los llamados Judíos, Aunque David y Salomo los reyes, fueron fieles a Dios, hubo momentos de angustia porque en algunas ocasiones transgredieron los mandamientos de Dios, pero mientras estos dos reyes reinaron, Israel servía al Dios verdadero, pero cuando el reino fue dividido, cada cual hacía lo que quería, olvidando, añadiendo  y quitando a conveniencia de los mandatos de Dios, transgredieron nuevamente. El hombre nuevamente prefería seguir el camino de muerte, herencia de Adam que seguir el camino de vida, mandatos del Rey soberano.

Doscientos años han  transcurrido, el reino del norte el reino de Israel, es conquistado, no hicieron caso a las advertencias de su Creador, le dieron la espalda le dejaron, le abandonaron, un pueblo llamado los Asirios se llevaron diez tribus como esclavos a su nación, solo quedaron la tribu de Judá en Jerusalén y la tribu de Benjamín, el reino del sur, del reino del norte no se supo más, el Gran Rey seguir instruyendo al reino del sur, pero sus reyes no escuchaban  la voz de Jehová su Dios, por eso el Rey Soberano expulsó a los hijos de Israel de su tierra, pero les dio esperanza de que un día se acordaría de ellos y los regresaría a su tierra, cuando su corazón dejara de ser de piedra y se volvieran a Él, el los recogería de entre las naciones en donde estuvieran, el prometido vendría y afirmaría el reino de David, pero deben reconocer nuevamente a su Creador su Elohim y seguir sus mandamientos. Todo Israel ha sido llevado esclavo a las naciones, Dios le dijo a uno de los profetas de Israel llamado Daniel mientras oraba o platicaba con su Rey Soberano, Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;  aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.  Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.  Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.  Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.  Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador. Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas. Una voz clama: Preparad en el desierto camino al SEÑOR; allanad en la soledad calzada para nuestro Dios.

El prometido a Adam,  el ungido, el Santo de los santos, era anunciado constátenmele por los profetas del Gran Rey soberano, Lucifer usaba toda artimaña para evitar que el Mesías el ungido, el prometido viniera, a toda costa pues éste es el que le va a dar en la cabeza y le va a quitar el reino, por eso utilizo el corazón de los hombres para tergiversar la idea de lo que el Rey Soberano es capaz de hacer por su Creación, interponiendo ideas de hombre, ante lo que Dios había dicho con respecto al prometido, introdujo en el corazón del hombre tanto invento, tanta idea de voluntad humana que algunos de los hijos de Israel concluyeron que el prometido iba a ser hijo de Adam, y que este les iba a dar el domino de todas las naciones por la fuerza humana, pero el rey les dice: No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu--dice el SEÑOR de los ejércitos, no no entendieron y el Rey soberano hizo silencio y no hablo por un tiempo a los hijos de Jacob, Lucifer temblaba y creía que ya había ganado a todos los hijos de Adam, la herencia de muerte, Adam  había alcanzado y consumido a la humanidad por completo, pero la incertidumbre le carcomía, pues el Rey del universo Estaba callado, estaba en silencio.

Muchos días después, En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,  y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.  Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre, Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán,  y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados, Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará, ntonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.  Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?  Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.  Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

Muchos de los hijos de Israel le recibieron como el prometido, como el ungido, pero no todos, Lucifer al enterarse de esto dijo: Este si es, es te es, mi hora llego, pero tiene cuerpo de hombre y tiene carne, lleva la herencia en de muerte su ser, la herencia de Adam la que adquirió por mi voluntad en el huerto del Edén, también es un hombre y lo puedo destruir. Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, m  En sus manos te sostendrán Para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,  y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.  El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.

Lucifer no tuvo oportunidad con Jesús, que en su idioma original es Yah´shua o Ye´shua, que significa YHVW Salva, y YHVH es traducido como Jehová, el Rey y creador de todo el Universo y de los hombre. Lucifer no tuvo oportunidad con Jesús, y se decía, porque si es un hombre, lleva la semilla de Adam en si, mis aliados me han dicho que Él es el prometido, que se lo han dicho públicamente, pero porque no puedo usarlo como los otros hombres, yo lo he tentado en todo como a los otros pero no puedo contra Él por qué, era la incógnita de Lucifer, luego se entero que los gobernantes de Israel odiaban a Jesus por lo que Él se decía ser y por lo que se decía de Él. Oíd ahora, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los hombres, que también cansaréis a mi Dios? Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada. Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Estos hombre vieron como algo abominable que a Jesús se le comparación el prometido y a demás que se hiciera hijo  del Dios Altísimo, Dios mismo en la Tierra, era algo inconcebible para ellos, Dios hecho hombre imposible dicen ellos, mas el rey les dice: Y el SEÑOR dijo a Abraham: ¿Por qué se rió Sara, diciendo: ``¿Concebiré en verdad siendo yo tan vieja?; ¿Hay algo demasiado difícil para el SEÑOR?; He aquí, yo soy el Señor, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para mí?, mas no entienden y dijeron matémoslo porque es abominable ante nuestra presencia. Lucifer escuchó aquel dicho y como es oportunista y aprovechado, uso aquel momento para entrar en los corazones de los hijos de Israel que odiaban a aquel Jesús que solo les predica verdad y hacia maravillas en medio de ellos, de aquí soy dijo Lucifer y planeó la muerte de Jesús el Cristo, usando a aquellos hombres de corazón vano creyendo saber más que su creador se negaron la oportunidad de recibir a Jesucristo. Los pobladores contaban  del nacimiento de aquel Judio, llamado Jesús.

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.  Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada. Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor.  Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.  Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso.  Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor. Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.  Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.  Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.  Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.  Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.  Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario.  Pero cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el santuario. Él les hablaba por señas, y permaneció mudo.  Y cumplidos los días de su ministerio, se fue a su casa. Después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se recluyó en casa por cinco meses, diciendo:  Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.  Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.  Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: !!Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.  Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.  Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.  Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;  y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.  Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.  Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.  En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá; y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet.  Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,  y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.  ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?  Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.  Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. Entonces María dijo:   Engrandece mi alma al Señor;  Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.  Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.  Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre,  Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen. Hizo proezas con su brazo;Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos, Y exaltó a los humildes.  A los hambrientos colmó de bienes,
Y a los ricos envió vacíos.  Socorrió a Israel su siervo, Acordándose de la misericordia  De la cual habló a nuestros padres, Para con Abraham y su descendencia para siempre. Y se quedó María con ella como tres meses; después se volvió a su casa. El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.  José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.  Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.  Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS,[a] porque él salvará a su pueblo de sus pecados.  Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:  He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emanuel, m que traducido es: Dios con nosotros.  Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.  Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado.  Pero José y María no consumaron el matrimonio hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS. Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.  Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.  Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:  que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.  Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.  Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:  !!Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!  Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.  Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.  Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño.  Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho. Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,  diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.  Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará[a] a mi pueblo Israel.  Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.  Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.  Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.  Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.  Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo, Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.  Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo:  Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron.  Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto,  diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño. Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea, y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.


Los gobernadores de aquella región se enfurecían que Jesús fuera relacionado a las precias dadas por el Gran Rey por medio de sus profeta antiguos, y aun mas, que cobrara  tanta fama y fura proclamado por algunos como el prometido, como el Mesías, por eso con más intención procuraban matarle, pero como Jesús es Santo y sin, tentado en todo pero sin pecado y hacia grandes Milagros y prodigios en medio de ellos, no hallaban como perderle, pero eso  procuraban cualquier ocasión, Lucifer había cegado sus mentes su ojos y su entendimiento como a Adam en el jardín de Edén, no percibían a quien tenían frente a  sus narices. para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles;  El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció. Anda, y dile a este pueblo: “Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, pero no comprendáis.”  Embota el corazón de este pueblo, endurece sus oídos y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos ni oiga con sus oídos ni su corazón entienda, ni se convierta y haya para él sanidad. Esto mismo les pasó a aquellos sabios gobernantes, Lucifer aprovechaba la débil y sucia conciencia y voluntad de aquellos hombres y sembraba en ellos maneras como matarle, tanto que hago se decía Lucifer, para destruir a Jesús, uso a su propia gente y no lo logro, que tiene este Adam que no puedo hacer germinar mi semilla en Él, siendo que no mas es un hombre como todos, Lucifer estaba ciego y tampoco entendía como los gobernadores de Israel, Adam transmitió su herencia de muerte a sus hijos varones y de hijo ha hijo, varon.

Pero la maravilla del Gran rey Creador, por medio de aquel Jesús llamaba a la humanidad y les decía. Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.  Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.  El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.  Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.  Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio.  El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz.  Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano.  El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a perdición y muchos son los que entran por ella. Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:  Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste.  Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.  Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.  Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.  Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

Estas palabras uso Jesús para referirse de si mismo, sin lugar a duda Jesús era el prometido a Adam el Mesías de Israel y el salvador de la humanidad, pero eso no era todo, de  Jesus también dijo: A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.  Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;  los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

El Rey creador de Adam y de todo el universo, y de toda carne, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, por medio de Jesucristo, ofrece adopción, para volver a ser llamados hijos, aquellos que quieran y sigan la voluntad del padre, pueden ser llamados hijos del Gran Rey, El gran Rey adoptó a Adam como su hijo, pues Dios lo creó, Dios llamo a Israel como su hijo primogénito, José esposo de María adopto a Jesucristo como su hijo, por lo tanto heredero del trono de Israel según su genealogía, Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.  Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram.  Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón.  Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí.  Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías.  Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa. Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías.  Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías.  Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia.  Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel.  Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor.  Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud.  Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob;  y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo. De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce. Y Jesús fue concebido por el poder del Dios de Israel en el vientre de María, y Jesus es nuestra adopción al Gran  Rey como en el principio de Adam. los gobernantes no aceptaban esto, no podian concebir esto, para ellos es una aberración y que el Dios de Israel no puede hacer tal cosa. Iria en contra de sus propios madamientos, pero el Gran rey les dice: Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Pero no entendiendo, siguieron en su decisión en destruir a us enemigo que predicaba la verdad y el camino a la vida por lo que dijeron matemos a Jesús de Nazaret.

Jesús comenzó a alertar a sus discípulos que le era necesario morir, Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día,, para que se cumpla la profecía del profeta Daniel, porque el era aquel cordero que había sido prometido desde la fundación del mundo, Él era el prometido a Adam y Él era el Mesías de Israel, peo le era necesario padecer porque Él no había venido solo por Israel como ellos creen el vino a unir a todo los hijo s de Adam, el vino a salvar a todos lo hombres en el mundo todo aquel que crea en él será salvo y tendrá la vida eterna, todo aquel que crea que él es el único camino a la vida y al padre este recibirá la corona de la vida, Jesús dijo: Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna, Entonces, por esta causa, los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios. Pero Jesus dijo: Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto? Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?  Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía., Jesus le dijo a sus dicipulos, No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.  Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.


Pero la maldad de los hombre pudo más que su cordura, Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos: Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado.  Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás,  y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle. Pero decían: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo. Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa. Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres.  Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. ntonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.  Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle. Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.  Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas. Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.  Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.  Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo. Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?  Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.  Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.  Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega. Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: !!Salve, Maestro! Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga? En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis.  Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron. Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos. Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el fin. Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte,  y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos,  que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.  Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?  Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.  Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: !!Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.  ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: !!Es reo de muerte! Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban,  diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó. Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo. Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices. Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el nazareno. Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre. Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo.  Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.

Venida la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra Jesús, para entregarle a muerte. Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador. Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? !!Allá tú!  Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros. Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre. Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel; y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.  Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices. Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho. Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás.  Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo?  Porque sabía que por envidia le habían entregado.  Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto.  Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás.  Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: !!Sea crucificado! Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: !!Sea crucificado!  Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.  Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.  Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía; y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata,  y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: !!Salve, Rey de los judíos! Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza. Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle. Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz. Y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la Calavera,  le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo. Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.  Y sentados le guardaban allí. Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.  Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían:  A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.  Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste. Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber. Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle. Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Satanas se regocijaba, crei que había por fin vencido, el Adam y el mundo era todo suyo, saltaba con gritos de alegría pues había logrado hacer a que mataran al prometido a Adam, y Eva, el Mesías prometido a Israel.  Y al entregar el espíritu Jesús, he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;  y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.  El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios. Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús. Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue. Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro.  Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato, diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré.  Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero. Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis. Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.  Pasado el día de reposo,[a] al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. u aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos,  he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: !!Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.  Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.  Mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. Y reunidos con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo.  Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy.  Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado.  Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Someteos pues á Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Al que venciere, daré á comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios El que venciere, no recibirá daño de la muerte segunda Al que venciere, daré á comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. Y al que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las gentes; 27-Y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantados como vaso de alfarero, como también yo he recibido de mi Padre: 28- Y le daré la estrella de la mañana. El que venciere, será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

Lucifer nuevamente se quedo burlado.
El prometido el mesias vino, Adam tiene la oportunidad que esperaba, Israel tiene la oportunidad que esperaba.

 Jesús ya venció la herencia de muerte, y a Lucifer quien solo espera su condena en el lago de fuego con todo aquellos que decidieron, no obedecer ni amar al Gran Rey, sin embargo sigue sus propios deseos y debilitan su voluntad ante satanás.

Juan el discípulo amado dijo: Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.   vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.  Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.  El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.  Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.  La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.  El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio. Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.  Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Adam que lees hasta este punto, tu, si tu, tu eres el  Adam  que Jesús está buscando, Jesús es aquel prometido que vendría y heriría la cabeza a la serpiente, Jesús el es Rey de Israel el medias prometido a  Israel en quien serian benditas todas las familias de la tierra. No esperes mas el tiempo es corto, la herencia de muerte aun esta en tus genes, pero si dejas que El Espíritu Santo de Jesús te regenere, encontrar el camino de vida de vuelta a casa, no hay otro método para llegar al Gran Rey, solo Jesús nos muestra el camino de la vida en su palabra la Biblia.

Tu eres ese Adam que esperaba por su redentor, Dios Rey Soberano, vino a este mundo, porque no había hombre alguno que cumpliera con su voluntad, pues la voluntad del hombre fue cambiada aquel día que Adam comió del fruto prohibido, la voluntad del hombre desde allí es manipulable por Lucifer, quien tiene poco tiempo para destruir al restante de la descendencia de Adam, solo Jesús  puede libarte del enemigo de tu alma, solo Jesús ofrece la adopción para se llamados hijos del Gran Rey Dios creador de todo el universo, tu eres ese Adam por el cual murió Jesucristo.

El pueblo de Israel ya tienen una patria y ya está volviendo a su tierra prometida, las dispersión ha terminado, un tiempo de angustia viene, para Israel, los que no son israelitas están llegando  a su plenitud, Jesús prometió librar a todos aquellos que lo recibieran de la angustia que viene para Jacob.

Hoy, en este momento es tu  oportunidad, como al principio y en el transcurso de tal la era del hombre en la tierra, el el hombre el que decide, amar y obedecer, aceptar, o rechazar a tu Gran Rey soberano, es tuya la decisión, pero el Rey ya dio la sentencia para los que le desobedezcan y le den la espalda, MUERTE ETERNA, ESCAPA POR TU VIDA.

Adam te dejó una herencia de muerte, por desobediente.
YESHUA TE DA LA VIDA, ES EL CAMINO DE LA VIDA Y ALA VIDA
YESHUA EL ES REY SOBERANO CREADOR DEL UNIVERSO.

Si deseas seguir el camino  a la vida y disfrutar de las promesas del Gran Rey soberano, recibe a Jesús en tu corazón y acéptale, sigue esta oración:

Señor Jesús En este momento reconozco que soy pecador y que te he fallado pero creo que Cristo murió por mi y que su sangre preciosa me limpia de todo mi pecado. Por fe, en este momento te recibo en mi corazón como mi único y suficiente salvador personal confiado que tu me darás la salvación de mi alma. Ayúdame Señor a hacer tu voluntad cada día. Te pido que escribas mi nombre en el libro de la vida para cuando tu me llames yo pueda responder, Te doy gracias en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen Gloria a Dios.


Consigue una Biblia Reina Valera 1960 o de las Américas y estudia este manual de vida y pide al Espíritu de Dios que te guie a toda Verdad, busca una congregación llamada Iglesia de sana doctrina y congrégate.



Esta historia no ha llegado a su fin, aunque ahora ya sabes el final y tú decides tú final porque tu ere un, Adam, que necesitas de ese prometido de la simiente de la Mujer.

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