¡Lárgate, que no entiendes que me dueles y me puedes destruir!
¿Por qué no te vas de una vez de mi?Si ya te lo he dicho una y otra vez, no te quiero más aquí.
Te odio y te quiero, tú, la locura de mi sentir.
Cuando llegas me nublas, me deslumbras y me haces gemir.
Y me enredas el entendimiento.
No sé qué hacer, porque te miro y tiemblo.
De miedo y de tanto deseo.
Y sé qué mañana olvidaré lo que hice ayer, o fingiré.
Porque me hice el débil, como siempre, y me rendí.
Me volví a rendír a ti.
Tu mi debilidad mundana y mi delirio sentirte así.
Y no es amor, es sólo fuego en nuestra piel.
Inpregnarme de ti y luego no poder olvidar tu perfil.
Es una tortura y no diremos, sí.
Aunque parece, seguirá.
Hasta que la muerte nos separe o jamás.
Si vivimos escarbando la herida, no habrá cicatriz.
Que escándalo, tú, el flagelo de mi vivir.
Vete ya, déjame desierto y que sólo soledad vea mi sufrir.
Y cuando mis ojos lluevan, volver a fingir.
Existir y fingir, existir y fingir.
Pero tu, ya muy lejos de mi.
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