Una marca por una herida, una cicatriz que se quedará para toda la vida, las consecuencias cuando de inmediato emprendí la huida.
Porque contigo, así de repente, llegó una emoción, mas por decepción, en un instante la arrancó la razón, de mi corazón.
Quiero ser fuerte, y no quiero voltear, para no verte, y bien lo se, es por cobardía que me niego a lo que en verdad quiero cada día.
Pero la verdad, no comprendía lo que tu me ofrecías, unas migajas de caridad, cómo a perro vagabundo, creo por ahí me dejaste.
Aunque mudo no quedaste, de lo que hablaste, no hubo claridad, y esas migajas aunque satisfacían, dejaban vacío a mi corazón.
Donde eres mi ilusión, y sólo te piensa con amor e incita a mi piel a desear de tu miel a pedir de tus brazos calor y de tu piel su sabor.
Qué dolor, nunca te tuve y te extraño, aunque duela debo tragarme esto que por ti siento, aunque no lo muestro, me hace tanto daño.
Me gustas, mas eres mi triste deseo, porque, aunque te veo, tenerte, aunque quiero, no puedo, frustración, la causa de que escape.
Una marca por una herida, una cicatriz que se quedará para toda la vida, las consecuencias cuando de inmediato emprendí la huida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario