Vivo soñándote y muero por tenerte entre mis brazos, me recibes y también me ignoras, no se si lo notas, que es cómo un arma que me hiere, es como una hoz, tu presencia ausente, que me parte en dos, y entonces me refugio en la imaginación.
Allí escuchar tu voz que me llama, y voy tras ella, como un fantasma que penas del corazón va arrastrando, y por esos lados vaga, por tu beso mendigando, como quien mendiga una migaja de pan.
Pero tu voz se hace débil, se escucha opaca y a la distancia, como que se va quedando, mientras me voy congelando, y mis sueños se secan con mis huesos, al descubrir que te importo poco.
Mas escuchar que tu voz me invoca, alienta ésta mi vida loca, aunque sólo es otra fantasía, un invento de éste ilusionado corazón.
Deseándote y queriendo que yo te importe algo más, de lo que ya vi; mas sólo entiendo que hoy estoy más loco, y que es por ti, que también se me funde el foco.
Cuanto quisiera que tu amor fuese mío y sólo mío, así lo creí, cuando al viento dijiste, al fin, y a mí, me supo como un dulce pudín de coco, colisión entre deliciosos cocos, pero al final en mi boca sólo me quedó un sabor amargo.
Y al final me pregunto, ¿Por qué no descubres que mi amor quiere ser de ti. Por qué te alejas sin saber cuanto te puedo amar? Cuando al fin, me regalas de tu dulce presencia, tu miel, tu hermosa y deliciosa piel, que sigue dando fuego a mi imaginación, sin cuartel.
Entonces, sólo quiero saber si al fin, puedes descubrir que por completo, puedo ser sólo para ti, si al fin, soy el amor que tanto has esperado o buscado, que al fin se revela tu cielo azul.
Al fin, conmigo encuentras con quien sonreír, llorar, gozar y dormir; y amar de verdad, al fin.
07/08/21 113.