Desde la distancia y en silencio, casi en un vacío inmenso, por la incomprensible soledad y en agonía de deseos, así es como contemplo tu elegancia.
Quise volar a la distancia, tan alto, por donde un lindo ángel pone su nido, su glamurosa estancia; mas descubrí que sólo era mi demencia.
Temerarias; mis acciones fueron arriesgadas, y me falló mi olfato, por mi ignorancia, porque jamás pude oler de cerca tu fragancia, incluso me funcionó mal la mente y quedé como demente, calcule mal y la caída fue con importancia.
Verdaderamente que me faltaron las fuer$as para alcanzar su nido, que pena por lo ocurrido, y no son sólo excusas, llegué a pensar que mi ser le perturbaba y callé porque me importaba.
Y me importas, pero ahora seguiré en silencio allí, a donde me llevó el viento a rrastras, aunque me importa la distancia, desde ahí, estaré sin esperar, ni pedir nada, para no pasar el límite de tu tolerancia.
Y después de un poco decir, siempre digo que te admiro porque me atrapa tu alma en ty mirada, y desde aquí y en total silencio, desde la distancia, seguiré observando tu elegancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario