Donde estás tu Ángel bello que te apoderas de mis sueños y mis deseos, que por desear tenerte me estoy muriendo y tú, tal vez para mi, ni siquiera un pensamiento tienes.
Y mientras tanto yo estoy esperando que me regales una llamada y me quedo solo, esperando sentado en mi banca.
No lo sabes tal vez, pero ya te estoy deseando y aunque en realidad no nos conocemos bien y no se que pasará con los días que vendrán, espero comer contigo como se come el pan.
Qué terrible estar deseándote y aún no poder tenerte; vivir con el miedo de que me deseches, por no alcanzar el nivel para complacerte. Son cosas que ruedan en mi mente porque te quiero y no puedo tenerte y son confesiones que quedarán escondidas, sepultadas en el baúl de mi mente o tal vez sean olvidadas.
No lo sabrás porque mis deseos se quedarán atorados sólo como pensamientos entre mi garganta y mi mente, un trago amargo porque no sé, si algún día te tendré entre mis brazos, para fundirnos en uno con nuestra piel ardiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario