Satisfacción, buscamos plena satisfacción.
Y vamos por caminos que satisfagan todos nuestros sentidos aliviando los deseos y procurando buen destino.
Buscamos y buscamos, y nada nos llena, nada nos logra satisfacer, pero seguimos y ahí vamos.
A pesar de que parece que disfrutamos; y lo que buscamos, nunca lo encontramos.
Aunque lo busquemos en el lugar que nadie buscó o en el fetichismo que nadie más usó.
Aquí, nada es lo que parece, aunque a veces la carne lo puede degustar y lo goce, pero no satisface, vicios en mentiras.
Mas con tanto titiritero, aprovechando los deseos revelados, se hace difícil saber qué es real y, ¿satisfacción?, no hay.
Aunque lo ves y lo crees, porque lo pruebas.
No todo en esta dimensión es real, y aunque a veces, parezca ser verdad.
Ni la materia que podemos ver, ni lo que a nuestros deseos parece satisfacer. No todo es realidad; hay muchas mentiras, esto es la verdad.
Entre materia, bajos y profundos deseos, nada es lo que perece ser. Nuestra percepción ha sido alterada, descontrolando nuestros instintos.
Y nada, entre la carnalidad de esta humanidad, nos podrá a plenitud satisfacer.
Así nunca descubriremos en realidad, lo que buscamos y queremos de verdad.
Porque buscamos en donde jamás lo podremos encontrar.
Porque anhelamos algo que va más allá de lo natural.
Y en verdad, deseamos algo que va mucho más allá de lo carnal.
Buscamos algo más alto, algo sublime, a alguien que en verdad, por completo, nos pueda llenar.
Con tal plenitud, que no deje vacío por ningún lugar.
¿Satisfacción? En una realidad alterada, viciada de mentiras y del primado negativo, jamás se obtendrá victoria satisfactoria.
En donde ya no se hacen fácil distinguir entre ficción, realidad y verdadera satisfacción.
Ser llenos a plenitud, eso es lo que buscamos en verdad, verdadera, completa y sublime satisfacción es lo que anhelamos. Necesitamos una sublime satisfacción, que no se haga tarde cuando la podamos descifrar, pero de nosotros ya muy lejos está.
No hay comentarios:
Publicar un comentario